CASCO

Prueba la resistencia de un casco barato con un caro incluso "a tiros" y te dice si merece la pena gastar más

En el mundo de las motos, hay decisiones que marcan la diferencia entre una anécdota y una tragedia. Una de ellas es elegir el casco. Y eso es justo lo que se pregunta Ryan F9, del célebre canal de YouTube FortNine, en uno de sus vídeos más reveladores: ¿realmente hay tanta diferencia entre un casco barato y uno de alta gama? Para averiguarlo, decide enfrentar en una serie de pruebas extremas a dos modelos en las antípodas del mercado.

Por un lado, un AHP de apenas 30 dólares, un casco económico que cualquiera podría comprar por internet. Por otro, un Scorpion EXO‑R710 de 300 dólares, una opción de gama media-alta con certificación Snell. Y sí, los resultados sorprenden.

Primero, Ryan lleva ambos cascos al límite sometiéndolos a golpes violentos en la zona de la barbilla. ¿El resultado? El barato se deforma notablemente, cede. El caro resiste. No es un detalle menor: en un impacto real, esa deformación puede significar que el casco se colapse justo cuando más lo necesitas.

Después, simula fuerzas rotacionales, esas que ocurren cuando caes y tu cabeza gira bruscamente. Aquí también el casco económico muestra grietas preocupantes. No está diseñado para gestionar ese tipo de energía. El Scorpion, en cambio, conserva su forma, minimizando el riesgo de daño cerebral.

Ryan no se limita a los golpes. Examina también la calidad de los materiales, el ajuste, el sellado frente a la lluvia, la comodidad tras horas de uso. Y en todos esos apartados, el casco barato parece más un accesorio de juguete que un equipo de seguridad serio.

Pero aquí viene la parte más interesante del vídeo. No se trata de asustar, ni de decir que todos los cascos baratos son inútiles. De hecho, Ryan reconoce que el modelo económico cumple con las certificaciones mínimas exigidas por ley. Es decir, puede salvarte la vida. Pero la cuestión es cómo lo hará… y con qué consecuencias.

“La diferencia entre sobrevivir un accidente y salir caminando de él está en los detalles”, concluye. Detalles como la rigidez del EPS, el comportamiento ante giros, o simplemente la resistencia del visor. Detalles que, en un casco barato, a menudo no existen.

El mensaje es claro: un casco económico puede ser suficiente, pero uno de calidad es una inversión en seguridad, no solo en estética o marca. En un mundo donde todo sube de precio, gastar más de 200 o 300 euros en proteger tu cabeza no debería verse como un lujo, sino como una decisión lógica.

Y así, entre pruebas destructivas y reflexiones punzantes, FortNine vuelve a hacer lo que mejor sabe: cuestionar lo establecido, desmontar mitos… y dejar claro que, cuando se trata de seguridad, el ahorro tiene un límite.