No les basta con la baliza V16: la DGT quiere que lleves en tu coche "la V27"
La baliza de emergencia V16 aún no ha terminado de asentarse en la mente de los conductores y la DGT ya tiene sobre la mesa el siguiente paso de su plan de señalización vial. Se llama V27 y, aunque muchos aún no han oído hablar de ella, ya está aprobada oficialmente y forma parte del mismo ecosistema tecnológico que sustituirá definitivamente a los triángulos de emergencia.
Poco a poco se van conociendo más detalles sobre este sistema, que no nació ayer. La V27 fue aprobada mediante el Real Decreto 159/2021, el mismo que modificó el Reglamento General de Vehículos para dar cabida a la V16. No es una casualidad ni un añadido improvisado, sino una pieza más dentro de una estrategia más amplia de señalización conectada.
A diferencia de la V16, la V27 no es una luz exterior ni sirve para señalizar directamente una avería o accidente en la carretera. Tal y como recoge el Diario de Extremadura, se trata de una luz ubicada en el interior del vehículo, concretamente en el cuadro de instrumentos. Es un testigo luminoso con un símbolo específico que se enciende cuando el sistema detecta una emergencia cercana.
La función de la V27 es clara: alertar al conductor. Cuando alguien activa una baliza V16 en la vía, esta envía automáticamente su localización a la plataforma DGT 3.0, la nube de datos creada por la Dirección General de Tráfico para gestionar información en tiempo real. Desde ahí, la señal se distribuye a los vehículos que circulan por la zona para advertir de la incidencia.
Hoy en día, esa información suele llegar al conductor a través del navegador del coche o de aplicaciones compatibles. Sin embargo, el planteamiento a medio plazo apunta a algo más directo: que el aviso aparezca sin intermediarios, directamente en el panel de instrumentos, mediante la luz V27. Un sistema más visible, inmediato y difícil de ignorar.
En la práctica, la V27 actúa como un aviso visual interno que se ilumina cuando hay una emergencia próxima, permitiendo al conductor extremar la precaución incluso antes de ver la baliza en la carretera. No sustituye a ningún elemento actual, sino que refuerza la información que recibe el usuario mientras conduce.
El problema, por ahora, es su escasa implantación. Muy pocos vehículos cuentan actualmente con este testigo integrado de serie. Pero la hoja de ruta parece clara. Al igual que ocurrió con la V16, todo apunta a que la V27 podría acabar siendo obligatoria, ya sea integrada de fábrica en los coches nuevos o como accesorio adicional que deba instalarse en el parque móvil existente.
No sería extraño que, con el tiempo, la normativa evolucione para exigir esta segunda luz como parte del equipamiento obligatorio, cerrando así el círculo de la señalización conectada: una baliza que emite la alerta y un testigo que la recibe directamente dentro del vehículo.
La V27 no es una simple “lucecita más”. Es una señal clara de hacia dónde se dirige la seguridad vial: menos improvisación en carretera, más datos en tiempo real y una comunicación constante entre vehículos y administración. La pregunta ya no es si llegará a todos los coches, sino cuándo y en qué condiciones.