Comparan la Zontes 703F con la Voge 900 DSX y esta es la conclusión: "¿Por qué voy a pagar 6.000 euros más por lo mismo?”

Hay pruebas que no se hacen con cronómetro en mano ni con sensores de telemetría. Hay pruebas que se sienten en la espalda, en las manos, en la sonrisa que se escapa bajo el casco. Eso es precisamente lo que hicieron dos motoristas que decidieron intercambiar sus monturas —una Voge 900 DSX y una Zontes 703F— durante una ruta de 60 o 70 kilómetros. Lo que descubrieron sobre el terreno les dejó más preguntas que respuestas… y una reflexión que va directa al corazón de quien busca moto nueva sin romper la hucha.
Ambas motos pertenecen al competitivo segmento trail asfáltico de media-alta cilindrada, y ambas llegan desde fabricantes chinos con propuestas muy serias, diseños agresivos y precios sensiblemente diferentes. Pero, ¿qué se siente realmente al pasar de una a otra?
Un primer vistazo: “se parecen más de lo que imaginábamos”
Tanto el piloto de la Voge como el de la Zontes coincidieron en un detalle desde el primer momento: ambas motos tienen el centro de gravedad muy bajo. Esto se traduce en una maniobrabilidad sorprendente, sobre todo para su tamaño. “Se manejan muy bien las dos”, dijo uno de ellos. La sensación de control está presente desde el minuto uno, incluso para los que no están acostumbrados a este tipo de monturas.
La Zontes 703F, vista por un propietario de la Voge 900 DSX
Subirse a la Zontes fue, para el dueño de la Voge, una experiencia que no esperaba:
“Tiene un cambio muy suave y el embrague es mantequilla. Nada que ver con la Voge, que tiene el embrague más duro”, explicaba mientras rodaba por las primeras curvas.
La moto empuja bien desde abajo, sin necesidad de buscar las revoluciones altas. Eso sí, no todo fue perfecto: el espejo derecho vibraba demasiado, lo que puede incomodar en largos recorridos. Sin embargo, la ergonomía fue uno de los puntos más sorprendentes:
“Es como el sofá de casa”, dijo literalmente.
El asiento blando y cómodo de la Zontes contrasta con el de la Voge, que en su caso era tan duro que ya tenía previsto cambiarlo. “Me fastidia que estén haciendo las cosas tan bien”, añadió entre risas. Y es que, con un precio que ronda los 8.000 euros nueva, la Zontes ofrece sensaciones muy cercanas a motos bastante más caras.
“Si hubiera salido antes, probablemente la habría comprado. Estuve entre las dos, pero la Voge salió antes al mercado”, reconoció.
La Voge 900 DSX, según quien monta a diario una Zontes
Cuando le tocó el turno a la Voge, el propietario de la Zontes no se anduvo con rodeos. Lo primero que apuntó fue la dificultad de elegir entre ambas:
“No es tan fácil decir cuál es mejor”, afirmó.
Uno de los puntos que destacó fue la ergonomía según estatura:
“Si mides menos de 1,80, probablemente irás más cómodo en la Voge. Si eres más alto, la Zontes se adapta mejor”.
La Voge le pareció una moto cómoda, aunque también señaló el asiento duro como punto en contra. Y en cuanto al motor, dejó una opinión personal que puede ser compartida por muchos:
“He tenido muchas motos y los bicilíndricos no me dicen nada. Este motor no me transmite demasiado”.
Eso sí, valoró muy positivamente el comportamiento en curvas, donde la Voge mostró un gran aplomo y nobleza. En cuanto al motor, sintió que le faltaba algo de respuesta a bajo régimen, mientras que en la Zontes no era necesario bajar marcha para obtener par desde abajo.
Otro aspecto donde la Voge salió ganando fue en la suspensión delantera, más firme y eficaz que la de la Zontes. En cambio, la trasera de la Voge resultó algo más blanda. También destacó la protección aerodinámica gracias a su pantalla y las ruedas, que le transmitieron mucha confianza.
¿Cuál elegir? Una cuestión de sensaciones, precio y expectativas
Después de la prueba, ambos llegaron a una conclusión similar: las diferencias existen, pero no siempre están en lo evidente.
“¿Por qué pagar 5.000 o 6.000 euros más por lo mismo?”, se preguntaba uno de ellos.
Y es que, aunque la Voge 900 DSX tiene un precio superior y una imagen más asentada en el mercado, la Zontes 703F planta cara con argumentos muy sólidos: motor tricilíndrico suave, excelente ergonomía, equipamiento generoso y un precio realmente competitivo.
Una batalla equilibrada que deja huella
Esta prueba informal, sin guantes de boxeo pero con sensaciones reales, demuestra que el mundo de la moto está cambiando. Fabricantes como Zontes y Voge están demostrando que China ya no solo compite por precio, sino también por calidad, diseño y experiencia.
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Para muchos, este tipo de comparativas puede ser la chispa que encienda la decisión final. Porque cuando dos moteros intercambian monturas y acaban diciendo “me ha gustado más de lo que pensaba”, algo está pasando.
Y tú, ¿te atreverías a dar el salto?