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Pide un chaleco de talla grande en el concesionario de Harley Davidson y le dicen que no puede devolverlo

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La experiencia de un cliente en un concesionario de Harley Davidson ha generado una fuerte crítica en redes sociales y foros especializados, debido a lo que califica como una “lamentable política de devoluciones” tras adquirir una prenda de ropa que no pudo ni cambiar ni devolver, a pesar de haber sido comprada en el establecimiento oficial de la marca.

Todo comenzó cuando el cliente decidió comprar un chaleco Harley-Davidson que no estaba disponible en la tienda física en el momento de la compra, por lo que tuvo que ser pedido a través del distribuidor oficial. Según relata, el producto tardó dos meses en llegar, sin que desde la tienda se ofreciera una explicación clara sobre el retraso.

Una vez recibido el chaleco, se comprobó que la talla era más grande de lo esperado, por lo que el cliente volvió al concesionario con la intención de cambiar la prenda por otra de talla menor o solicitar su devolución. Sin embargo, desde el establecimiento se negaron a ambas posibilidades.

Sin devolución, sin cambio, sin solución

La justificación de la tienda, siempre según la queja del afectado, fue que “no se pueden devolver prendas de tallas grandes porque ya les pasó con una sudadera que no pudieron vender en tres años”, y que no están dispuestos a repetir la experiencia. El cliente, molesto, pidió al menos gestionar personalmente la devolución directamente con el proveedor, pero desde Harley-Davidson se le indicó que al no ser un distribuidor (“dealer”) no tenía derecho a tramitarla, y que esa gestión debía asumirla la tienda… que en este caso, no quiso hacerlo.

El resultado: una prenda de casi 400 euros inutilizable para el comprador y ninguna solución ofrecida por parte de la tienda. “La tienda se lava las manos”, afirma el cliente, que asegura que no volverá a comprar nada más en ese concesionario oficial y recomienda a otros evitarlo.

Una imagen cuestionada para la marca

Este tipo de experiencias impacta directamente en la reputación de Harley-Davidson en España, especialmente cuando involucra a un concesionario oficial de una marca tan reconocida. Las quejas no solo giran en torno a la gestión del pedido o al rechazo de devolución, sino a una falta de empatía comercial que, para muchos consumidores, es tan importante como el producto en sí.

En un mercado tan competitivo como el de la moda y equipamiento motero, los clientes esperan una atención posventa profesional y flexible, más aún cuando se trata de artículos de precio elevado. En este caso, la falta de soluciones por parte del concesionario podría tener un impacto negativo en la confianza de futuros compradores.

¿Falta de normativa clara o decisión unilateral?

Aunque cada establecimiento puede establecer sus propias políticas de cambio y devolución, la falta de transparencia en la gestión del pedido y la negativa absoluta a colaborar en una solución razonable, como un simple cambio de talla, ponen en entredicho la atención al cliente que se espera de un concesionario oficial Harley-Davidson.

El caso ha encendido el debate sobre los derechos del consumidor en compras bajo pedido y la necesidad de reforzar la protección en operaciones con prendas que no pueden ser probadas previamente.

Mientras tanto, el cliente afectado ha dejado claro que no volverá a confiar en la tienda. Y, en ausencia de una rectificación o respuesta oficial, es probable que no sea el único.