Un policía local de Zaragoza se motiva y pone la multa más surrealista a un motorista

En Zaragoza, un motorista ha recibido una multa por aparcar su moto, aparentemente de forma correcta, en una plaza reservada para motocicletas. La sanción ha generado sorpresa y debate, ya que el vehículo estaba estacionado en un lugar que cualquiera consideraría válido. Sin embargo, la normativa municipal y la interpretación estricta de un agente de policía local han sido determinantes.
Una plaza de motos… solo para algunos
La moto en cuestión estaba aparcada en la calle Mayor, número 31, justo después de la intersección con la calle Refugio. Hasta ahí, todo normal: una plaza delimitada para motos, bien utilizada, sin molestias ni obstrucciones. Pero lo que no salta a la vista es la señal de tráfico que precede a ese tramo de vía: una restricción de entrada que permite circular solo a residentes, taxis o repartidores.
¿El resultado? Aunque la plaza sea para motos, sólo pueden acceder a ella los conductores autorizados. Y al no ser el motorista un residente empadronado en la zona, fue multado por entrar y aparcar en una calle de acceso restringido. La señal está ahí, sí. Pero lo que sorprende es la aparente contradicción entre el uso previsto del espacio y las limitaciones impuestas por la señalización vertical.
No es un caso aislado: plazas trampa en otras calles
Esta situación no se limita a la calle Mayor. En otras vías del centro de Zaragoza, como Albareda, Casa Jiménez, Sanclemente o Zurita, ocurre lo mismo: plazas de moto que no se pueden usar si no eres residente o estás autorizado. ¿El motivo? Las señales de dirección prohibida para el tráfico general, que buscan evitar el paso transversal por calles estrechas y canalizar el tráfico por las grandes avenidas: Independencia, Pamplona, Constitución y Sagasta.
¿Multas justas o contradicciones urbanas?
Desde el Ayuntamiento de Zaragoza explican que la señalización tiene un objetivo claro: evitar la congestión en calles pequeñas y reforzar la movilidad ordenada en el centro. Sin embargo, reconocen que la norma puede parecer poco lógica si hay plazas de aparcamiento que no son realmente utilizables por la mayoría de motoristas.
Además, la Policía Local puede comprobar fácilmente si la moto es de un residente mediante el número de matrícula. Si no lo es, la multa procede, aunque el lugar parezca perfectamente adecuado para estacionar.
Movilidad se plantea cambios
Ante esta polémica, el área de Movilidad del Ayuntamiento ha anunciado que revisará la señalización y podría introducir matices en las normas para evitar que estas situaciones se repitan. Eso sí, dejan claro que todas las multas impuestas hasta ahora son legales, y que no se procederá a su anulación.
La paradoja: plazas visibles, pero no usables
La historia de este motorista zaragozano pone sobre la mesa una realidad llamativa: existen plazas de aparcamiento que parecen públicas, pero que, en la práctica, son inaccesibles para la mayoría. Y todo por una señal que, aunque está colocada legalmente, no siempre es tenida en cuenta por quienes buscan aparcar de forma rápida y segura en el centro.
Así que ya lo sabes: antes de dejar la moto en una plaza señalizada, comprueba muy bien si puedes acceder a esa calle. Porque aunque la plaza diga “motos”, si la señal lo impide, la multa puede estar a la vuelta de la esquina.