Italia marca el camino para prohibir los radares más incómodos para los moteros
Los motoristas italianos ya pueden rodar con algo más de tranquilidad. Desde hace pocos días ha entrado en vigor una nueva normativa que prohíbe los radares trampa en todo el país.
El decreto, impulsado por el Ministerio de Transporte y firmado por Matteo Salvini, marca un antes y un después en la política de control de velocidad: se acaban los radares escondidos tras señales, arbustos o curvas imposibles, un recurso que durante años convirtió a Italia en la campeona europea de la recaudación por multas.
Durante mucho tiempo, Italia acumuló más de 11.000 radares, muchos colocados sin ningún criterio de seguridad vial. Solo en 2024, el sistema recaudó 1.700 millones de euros. Incluso pequeños pueblos como Carrodano, con apenas 465 habitantes, lograron ingresar más de 800.000 euros gracias a un solo radar escondido. Las motos, por sus rutas específicas, eran protagonistas involuntarios de este fenómeno.
Radares a la vista y con justificación
Con la nueva normativa, todo cambia. A partir de ahora, cualquier radar, fijo o móvil, debe ser autorizado por la prefectura provincial y solo puede instalarse en tramos con historial real de siniestralidad. Además, deben ser claramente visibles y señalizados con al menos un kilómetro de antelación. Los radares escondidos tras rotondas o colocados después de una bajada súbita de velocidad ya no serán legales.
Se establece también una distancia mínima entre radares: un kilómetro en zonas urbanas y cuatro fuera de ellas. Los radares móviles camuflados o sin homologación técnica desaparecen. La velocidad se medirá a la vista de todos, dejando atrás años de control opaco.
Cambios inmediatos en el terreno
El impacto ya se nota. En regiones como el Tirol del Sur, todos los radares fijos han sido desactivados temporalmente porque aún no hay tramos validados por la prefectura como zonas de riesgo real. Hasta que cada ubicación no cumpla con criterios de siniestralidad y tráfico, no se reinstalará ningún radar. La era de los controles injustificados ha terminado.
Casos como el de Andrea Ferretto, un trabajador de Piamonte que acumuló 28.000 euros en multas en solo seis meses por pasar a diario por el mismo radar oculto, demuestran la necesidad de este cambio. Miles de italianos y turistas en moto habían sufrido situaciones similares que ahora quedan bajo revisión.
España vs Italia
La comparación es clara: España cuenta con 2.268 radares, apenas el 2% del total mundial, mientras que Italia lidera con más de 11.000, seguida por Reino Unido, Alemania y Francia. Sin embargo, lo realmente significativo no es la cantidad, sino el enfoque: Italia deja de ver los radares como una caja recaudatoria y comienza a utilizarlos como lo que siempre debieron ser: herramientas de seguridad vial, no trampas para conductores.