Una empresa española y 50 millones de euros (públicos) ponen a volar de nuevo a los Pegasus de la DGT
Durante meses, las carreteras españolas han estado sin uno de sus ojos más vigilantes: los helicópteros Pegasus de la Dirección General de Tráfico (DGT). El motivo, un hecho tan sorprendente como preocupante: el vencimiento del contrato de mantenimiento el pasado 31 de agosto, justo al terminar una de las épocas con más tráfico del año, el verano. Desde entonces, los aparatos quedaron en tierra, incapaces de operar legalmente.
Según denunciaron los sindicatos UGT y CSIF, “el mantenimiento y las actualizaciones necesarias y obligatorias de los helicópteros de Tráfico no eran posibles desde el 1 de septiembre”. Es decir, los Pegasus —considerados una de las herramientas clave para el control aéreo de la circulación y la seguridad vial— quedaron inactivos por completo.
Un contrato desierto y meses sin vigilancia aérea
El problema se agravó porque la gestión del mantenimiento está externalizada a una empresa privada mediante concurso público, y el último proceso quedó desierto por falta de interés. Durante este tiempo, los Pegasus no pudieron volar, y la mayoría de los 38 drones de la DGT también permanecieron parados e inutilizados.
Una situación crítica si se tiene en cuenta que estos helicópteros no solo sirven para controlar la velocidad, sino también para vigilar distracciones, adelantamientos indebidos o el uso del cinturón.
Una empresa española asume el control
Finalmente, tras varios meses de incertidumbre, una empresa española especializada en servicios de emergencias aéreas ha asumido el contrato de mantenimiento y actualización tecnológica. Según datos publicados por 20 Minutos, la adjudicación asciende a 51,1 millones de euros por un periodo inicial de 38 meses, prorrogables hasta 22 más.
La compañía se encargará de mantener y actualizar la tecnología GECGI, el sistema de radar que utilizan los Pegasus para detectar infracciones desde el aire, incluso a varios kilómetros de distancia.
Pegasus vuelve a cazar infractores
El regreso de los Pegasus ya es un hecho. En un tuit reciente de la DGT, publicado el 25 de octubre, se muestra un vídeo grabado desde uno de estos helicópteros en el que se detecta a un vehículo circulando a 200 km/h en la AP-41, una autopista de peaje que conecta Madrid con Toledo.
La DGT calificó la acción como “una imprudencia temeraria que puede costar muy cara”. Y razón no le falta: el artículo 379 del Código Penal establece que superar el límite de velocidad en más de 80 km/h en vías interurbanas constituye un delito contra la seguridad vial, castigado con penas de prisión de tres a seis meses, multas de seis a doce meses o trabajos comunitarios de hasta 90 días.
El regreso de los “ojos del cielo”
Con su vuelta a los cielos, los Pegasus retoman su papel disuasorio en las carreteras españolas. La DGT cuenta con 15 helicópteros equipados con radares de precisión, capaces de detectar infracciones con gran exactitud, incluso a larga distancia.
Tras un periodo de inactividad que dejó a Tráfico sin su herramienta más eficaz, los Pegasus vuelven a volar. Y esta vez, tras el susto administrativo, lo harán con nuevo mantenimiento, nueva empresa y las mismas ganas de cazar imprudentes desde el aire.