Se compra una Ducati Monster y se entera de que era de prensa y ve que un medio la probó

En el foro ducatistas.com, un aficionado ha compartido una historia que probablemente no sea tan aislada como parece, pero que siempre genera debate, dudas y algún que otro sudor frío. Todo comenzó con una ilusión: encontrar una Ducati Monster SP de segunda mano con apenas 3.000 kilómetros. Un chollo, a priori.
Pero tras cerrar el trato, como buen precavido, decidió sacar el informe del vehículo en la DGT. Y ahí empezaron las sorpresas: el titular anterior no era un particular, sino una empresa. Y no una cualquiera: Ducatalia, es decir, Ducati Alicante. La sospecha era razonable. ¿Podría tratarse de una unidad de prensa?
La confirmación llegó de la forma más inesperada: revisando vídeos de pruebas en YouTube. El usuario se puso a buscar los reportajes que había visto tiempo atrás… y ¡la matrícula coincidía!. Efectivamente, la moto que acababa de comprar era la misma que había probado el equipo de SoyMotero.net.
¿Qué significa haber comprado una moto “de prensa”?
Para los que no estén familiarizados con el término, una moto de prensa es una unidad que los fabricantes ceden temporalmente a medios especializados para que realicen pruebas, análisis y reportajes. Durante ese periodo, la moto suele pasar por varias manos —pilotos, redactores, fotógrafos— y acumula kilómetros a veces con un uso más exigente que el de un particular.
No es raro que las motos de prensa no hagan el rodaje siguiendo el manual, o que se les exija el máximo en sesiones de fotos, circuito o carreteras reviradas. Tampoco es raro que estén mimadas en apariencia, pero con elementos sometidos a más estrés del habitual. Y una vez finalizado ese ciclo, los concesionarios las venden como vehículos de ocasión, a menudo sin indicar su pasado.
El comprador, entre la inquietud y la resignación
La duda que plantea el forero es legítima. ¿Debe preocuparse? ¿Debe sentirse engañado por no haber sido informado de que era una moto de prensa? ¿Está en riesgo su inversión? Las respuestas no son sencillas.
Por un lado, la moto cuenta con garantía oficial de Ducati y es de 2024, por lo que en caso de cualquier problema, el fabricante responde. Además, muchos de estos modelos pasan por revisiones completas antes de ser puestos a la venta, precisamente porque se conocen las circunstancias en las que se usaron.
Por otro, la falta de transparencia sobre el historial real puede generar desconfianza. Y la duda sobre si el motor ha sido bien tratado durante el rodaje —o si ha sido exprimido desde el minuto uno— queda como un eco difícil de acallar.
Moto-Ocasión, Ducatalia y la cadena de venta
Otro detalle que inquieta al comprador es que la venta no se ha hecho a través de Ducatalia, sino a través de Moto-Ocasión, una tienda diferente. ¿Significa eso que la moto ha pasado por varias manos desde entonces? ¿Por qué no la vendió directamente el concesionario?
Aunque todo sea legal y esté documentado, para algunos compradores esta cadena opaca de titularidades puede resultar incómoda. La confianza es clave en el mercado de segunda mano, y aunque haya garantía y papeles en regla, no todos los clientes están cómodos al descubrir que su moto ha sido protagonista en vídeos de pruebas.
¿Hay que evitar las motos de prensa?
No necesariamente. Muchos medios tratan las motos con mimo y profesionalidad, y los fabricantes son conscientes de que cada prueba es una ventana al público. Pero no se puede negar que algunas unidades han sido llevadas al límite, y que ese historial debería ser conocido por el comprador.
Este caso, más que una advertencia, es una llamada a la reflexión: si estás comprando una moto de segunda mano, consulta siempre el informe de la DGT, busca la matrícula en vídeos y portales, y pregunta al vendedor por el historial completo. No solo para saber si ha pasado por manos de periodistas, sino también para evitar sorpresas ocultas.