Acaba en los tribunales (y pierden) porque Allianz se negó a pagarle los escapes de su Triumph Street

Lo que parecía un siniestro claro acabó en un proceso judicial que se alargó más de un año, pero que finalmente se resolvió a favor del motorista. Todo ocurrió en la entrada de una rotonda, donde un joven, a los mandos de su Triumph Street Triple de 2007, esperaba pacientemente a que un vehículo pasara por el interior de la vía. Sin embargo, la conductora de un Mercedes Clase C de 2002, que venía por detrás, aceleró sin percatarse de la detención del motorista y le golpeó por detrás.
El impacto dejó una pequeña abolladura en los escapes dobles de la Triumph. Aunque aparentemente el daño no era catastrófico, el coste de sustituir las piezas con recambios originales ascendía a 1.400 euros. El joven presentó su reclamación a Allianz, la aseguradora del Mercedes, esperando que asumieran los gastos.
Pero Allianz se negó a pagar, argumentando que los daños no justificaban ese importe. La compañía llevó al motorista a juicio, intentando eludir su responsabilidad en un golpe por alcance, un tipo de accidente en el que la culpabilidad suele estar muy clara.
Un año de espera… y una sentencia firme
El caso llegó a los juzgados de Collado Villalba, donde la juez no solo falló a favor del motorista, sino que reprendió duramente a Allianz por su actitud, calificando de injustificada su negativa a cubrir el daño. La sentencia reconoció que el siniestro fue responsabilidad exclusiva de la conductora del Mercedes y que los daños, aunque "pequeños", afectaban a una pieza clave y costosa de la motocicleta.
El motorista finalmente recibió 1.100 euros de indemnización, una cifra inferior a lo que inicialmente reclamaba, pero lo suficientemente significativa como para validar su postura desde el primer momento.
¿Qué enseña este caso?
Este incidente refleja una realidad que muchos conductores —y especialmente motoristas— conocen bien: no siempre es fácil conseguir una indemnización justa, incluso en siniestros con responsabilidad evidente. Las aseguradoras, en ocasiones, optan por estrategias dilatorias o directamente cuestionan los daños con tal de minimizar sus pagos.
En este caso, el golpe por alcance era claro, los daños estaban acreditados, y aun así, la aseguradora forzó al afectado a acudir a los tribunales. Por suerte, el motorista no se rindió y defendió sus derechos hasta el final.
Una advertencia a las aseguradoras
La decisión del juzgado no solo supone una victoria para el motorista, también lanza un mensaje claro a las compañías de seguros: no se puede jugar con los derechos de los asegurados ni con los tiempos de quienes solo piden una reparación justa. La juez dejó constancia de su malestar ante la actitud de Allianz, dejando claro que no todo vale para evitar pagar.
En resumen, una simple abolladura ha terminado siendo una victoria legal y moral para un motorista que, pese a las trabas, se negó a aceptar un "no" por respuesta. Un recordatorio de que, incluso en el mundo del motor, la justicia sigue teniendo la última palabra.