Se le rompe una cúpula por el sol y un concesionario de Kymco en Madrid le dice que "no responden por las inclemencias del clima"

Lo que para muchos sería un detalle menor en una moto, para otros se convierte en el símbolo de una atención al cliente deficiente. Es lo que ha vivido Diego, un usuario que adquirió su Kymco hace menos de dos años en un concesionario oficial de Madrid y que hoy denuncia la negativa del taller a reparar o sustituir la cúpula, a pesar de estar visiblemente dañada y dentro del periodo de garantía.
“¿La culpa es del sol?”: una respuesta difícil de digerir
El cliente llevó su moto al concesionario confiado en que la garantía cubriría el deterioro prematuro de la cúpula, que describe como “desconchada y en muy mal estado”. Pero la respuesta que recibió le dejó desconcertado: la garantía no aplica porque el daño es consecuencia del clima, concretamente del sol.
“Es de risa”, comenta indignado. “Entiendo que los vehículos están hechos para circular al aire libre, no para guardarlos en el salón de casa”, ironiza. Su molestia no solo está relacionada con el estado de la pieza, sino con lo que percibe como una excusa poco profesional. “He visto motos mucho más antiguas con cúpulas en perfecto estado, pero a mí me dicen que es por el sol”, lamenta.
Una cúpula de menos de dos años, fuera de la garantía
La situación plantea un debate común en el ámbito de las garantías: ¿dónde termina el desgaste natural y empieza el fallo de calidad? En este caso, el usuario considera que el deterioro de una pieza en tan poco tiempo apunta más a un defecto de fabricación que a un mal uso o condiciones externas extremas.
Sin embargo, desde el concesionario solo se limitaron a decir:
“Buenos días Diego, tomamos nota de tus comentarios y los trasladamos a nuestro departamento de Posventa. Un saludo.”
Una respuesta escueta que no aporta soluciones, ni ofrece una revisión técnica, ni una alternativa de compensación, ni siquiera un análisis visual del problema.
Un detalle que deja un mal sabor de boca
El caso ha generado reacciones entre otros usuarios que, al igual que Diego, esperan una mayor implicación por parte de los servicios oficiales de las marcas. En muchos foros se comenta que estas situaciones “empequeñecen” la experiencia general con la moto, ya que no se trata del fallo en sí, sino del trato que se recibe al reclamar.
Diego finaliza su mensaje con sarcasmo: “¿Ahora qué? ¿Me compro otra cúpula? Jajajaja, lindo negocio”. Un reflejo de la frustración creciente de algunos clientes cuando sienten que no son escuchados ni respaldados por las marcas o concesionarios.
La importancia del servicio postventa
En el competitivo mundo del motociclismo, la atención al cliente no termina cuando se firma la factura. La verdadera fidelización se gana cuando surgen los problemas y el servicio responde. Casos como este revelan que todavía queda mucho por mejorar en ciertos concesionarios, donde el cliente sigue sintiéndose solo ante una reclamación legítima.