YAMAHA

Su padre le obliga a llevar su Yamaha R1 al taller y el mecánico se queda a cuadros al desmontarla

El motor de la Yamaha R1
El motor de la Yamaha R1

Lo que empezó como una simple revisión de frenos traseros acabó convirtiéndose en una operación de rescate mecánico a gran escala. El protagonista involuntario de esta historia es un joven motorista, dueño de una Yamaha R1, que acudió al taller AP Cycles por recomendación —y presión— de su propio padre, al notar que la moto no frenaba correctamente de atrás. Pero lo que descubrieron los mecánicos al recibir el vehículo fue mucho más grave de lo que esperaban.

Un freno trasero sin apenas líquido y un motor para olvidar

Nada más dejar la moto en el taller, los técnicos advirtieron la ausencia casi total de líquido de frenos trasero, y el poco que quedaba tenía un color y un estado que daban miedo. A partir de ahí, se abrió la caja de los horrores.

Cuando desmontaron el carenado y accedieron al motor, se encontraron con un panorama desolador:

No habíamos visto una moto con el motor tan sucio en mucho tiempo”, comentó uno de los mecánicos.
El interior del propulsor estaba lleno de residuos, grasa pegajosa, polvo y restos quemados, prueba clara de un mantenimiento prácticamente inexistente.

El embrague, completamente destruido

Uno de los puntos más críticos fue el sistema de embrague, que estaba en un estado lamentable. La maneta funcionaba con una dureza excesiva, y al desmontarlo, confirmaron lo peor:

  • Discos de embrague completamente quemados, con un olor fuerte y característico.

  • Dientes desgastados, que tuvieron que limarse uno a uno para recuperar la forma.

  • Necesidad de cambiar discos, separadores, junta y varios componentes más.

“Todo olía a quemado. Literalmente. El embrague estaba para tirar”, relató uno de los operarios.

Más sorpresas: horquilla con fugas y un trato inaceptable

Por si fuera poco, los retenes de la horquilla también perdían aceite, comprometiendo seriamente el comportamiento de la suspensión delantera. Esta fuga, además de generar riesgo de accidente, indica una falta total de revisión periódica.

En resumen, la R1 —una de las superbikes más icónicas de Yamaha— estaba en estado crítico:

  • Fallo en el sistema de frenos.

  • Motor cubierto de suciedad extrema.

  • Embrague destruido.

  • Fugas en la horquilla.

Una moto con gran potencial mecánico, tratada como si fuera un juguete desechable.

Una llamada de atención a los motoristas jóvenes

Este caso se ha hecho viral entre los apasionados del mundo de la moto, no solo por el desastroso estado técnico del vehículo, sino porque representa una realidad más común de lo que parece: motos potentes y de alto rendimiento en manos de conductores jóvenes e inexpertos, sin noción clara de la importancia del mantenimiento.

Afortunadamente, el padre de este joven tomó cartas en el asunto a tiempo. De no haber sido así, la Yamaha R1 podría haber acabado en el desguace... o peor, protagonizando un accidente.


Tener una moto deportiva no es un lujo, es una responsabilidad. Y si no se cuida como se merece, incluso una máquina legendaria como la R1 puede acabar convertida en chatarra con ruedas. El caso de AP Cycles no solo revela el estado de una moto, sino también la urgente necesidad de concienciación entre los nuevos motoristas. Porque lo que no se cuida, se rompe. Y en el mundo de las dos ruedas, eso puede costar mucho más que una reparación.

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