Un compra-venta se niega a comprarle la moto porque dice que "el mantenimiento lo hacía un amigo mecánico"

Cada vez son más los profesionales de la compra y venta de vehículos que se enfrentan a situaciones sorprendentes. En los últimos meses, Arriola Motor, una empresa especializada en el sector y con sede en Alcalá de Henares, ha detectado un incremento preocupante de motocicletas que llegan en condiciones que, según afirman, no son aptas para su reintroducción en el mercado. Una tendencia que, lejos de ser excepcional, empieza a consolidarse como una problemática habitual.
Motos con fallos ocultos y mantenimientos sin pruebas
Desde el equipo de Arriola Motor explican que muchas de estas motos presentan averías mecánicas visibles, ausencia prolongada de revisiones, o incluso modificaciones no homologadas que afectan directamente a la seguridad del vehículo. A esto se suma el mal estado general de algunas unidades, que impide su comercialización sin poner en riesgo la calidad y la seguridad del comprador.
Un caso paradigmático fue el de una Yamaha MT-10, anunciada como una unidad cuidada y con mantenimiento al día. Al solicitar el historial de revisiones, el vendedor afirmó que las revisiones las hacía “un amigo” en su propio taller, sin facturas, sellos ni documentación oficial. Una falta de pruebas que para Arriola Motor supone un freno absoluto a la hora de considerar la compra.
Sin garantías, no hay trato
Según explican desde la empresa, cada vez se repite más una misma escena: propietarios que aseguran haber hecho todo lo necesario para cuidar su moto, pero que no pueden demostrarlo con documentos válidos. Y ante esa ausencia de garantías, la decisión es clara: no asumir riesgos técnicos ni legales.
“Cuando no hay constancia documental del estado y mantenimiento de una moto, simplemente no podemos seguir adelante. No es una cuestión de desconfianza personal, sino de responsabilidad profesional”, remarcan.
Protegiendo a compradores y vendedores
Arriola Motor defiende que su papel es doble: garantizar una experiencia segura tanto al que compra como al que vende. Por eso han reforzado su protocolo interno, incluyendo peritajes externos, registros fotográficos y un mayor nivel de exigencia documental. El objetivo es evitar malentendidos y prevenir futuras reclamaciones, velando siempre por la confianza del cliente final.
La segunda mano, un mercado cada vez más exigente
Desde la empresa reconocen que el sector de la compra-venta no es ajeno a errores, pero insisten en que es más importante que nunca actuar con rigor. Intentos de vender motocicletas en malas condiciones o con mantenimientos improvisados ponen en riesgo la relación entre clientes y profesionales.
Frente a estos desafíos, Arriola Motor apuesta por un modelo de trabajo basado en transparencia, responsabilidad y compromiso con la seguridad, pilares que consideran esenciales para preservar la integridad del mercado de segunda mano.