CF MOTO

Compra (y paga) una moto en un concesionario CF Moto de Segovia y a día de hoy sigue esperando que se la entreguen

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Continúan acumulándose las quejas contra un concesionario autorizado de CF Motos en Segovia, acusado por varios clientes de cobrar por adelantado motocicletas que aún no han llegado a entregarse. El caso más reciente ha sido difundido en redes sociales por uno de los afectados, que asegura haber pagado en septiembre una VOGE 900DSX con maletas Shad Terra, entregando además su scooter como parte del trato. Esto lo han denunciado en un grupo de Facebook. 

Según su testimonio, el vendedor le prometió que en unos 15 días tendría la moto disponible. Sin embargo, con el paso de las semanas, las excusas comenzaron a encadenarse: problemas de suministro, retrasos logísticos, justificaciones poco claras. Ante la falta de respuestas y sin recibir el vehículo, en marzo decidió solicitar la devolución del dinero.

Le prometieron que lo tendría en pocos días. Pero tras varios intentos de contacto, lo único que recibió fueron nuevas evasivas: que si estaban gestionando una línea de crédito, que si cuestiones internas… y ni la moto ni el dinero han aparecido desde entonces.

No es un caso aislado: hay más afectados y demandas en marcha

El cliente ha compartido su caso públicamente para alertar a otros, y ha confirmado que no es el único en esta situación. Según ha explicado, hay más personas que han iniciado acciones legales contra el responsable del taller y su propietaria, por un patrón que —según los denunciantes— se repite con distintos compradores: pago por adelantado, demoras indefinidas y ninguna entrega.

A esto se suma un dato inquietante: el taller sigue publicitando la venta de modelos de CFMOTO, pese a que, según los afectados, Jets Marivent ya le habría retirado el estatus de concesionario oficial.

“Viven del dinero de los demás”, advierten los afectados

“Viven del dinero adelantado por los clientes. Hasta que se les acabe el chollo”, advierte uno de los perjudicados, que pide máxima difusión del caso para que no se repita. La frustración entre los denunciantes es evidente: se sienten engañados, desprotegidos y con pocas vías para recuperar su inversión, a pesar de haber confiado en un establecimiento que se anunciaba como oficial.

Por el momento, no hay respuesta pública por parte del taller, y tampoco consta ninguna actuación por parte de las marcas implicadas. Lo que sí queda claro es que este caso ha abierto una vez más el debate sobre la falta de control en ciertas prácticas comerciales del sector, especialmente cuando se trata de compras anticipadas en concesionarios o talleres multimarca.