Compra una KTM en un concesionario oficial y se la dan sin intermitentes ni retrovisores: "¡Llevo un año esperando!"

Lo que debía ser la ilusión de estrenar una nueva moto de enduro KTM se ha convertido en un auténtico calvario para un cliente que asegura haber sido víctima de una falta total de profesionalidad por parte de un concesionario oficial de la marca en Toledo. La denuncia, publicada recientemente, ha levantado críticas en redes sociales y foros especializados.
Según explica el afectado, la motocicleta le fue entregada sin intermitentes, sin retrovisores, sin luces de freno ni el kit necesario para circular por vía pública. A pesar de ello, desde el concesionario —según su relato— le prometieron que en una semana recibiría el material pendiente para dejar la moto lista para su uso legal. La promesa no se cumplió.
“Me estuvieron dando largas durante un año entero. Jesús, el dueño, no dio la cara en ningún momento. A día de hoy tengo la moto en el garaje sin poder moverla legalmente”, denuncia con indignación.
Una práctica que genera dudas sobre el cumplimiento legal
La situación pone en duda el cumplimiento del protocolo de entrega en motos matriculables por parte del concesionario, ya que el modelo vendido, siendo de enduro, necesita componentes mínimos de homologación para su uso en carretera. La falta de estos elementos convierte su circulación en ilegal y expone al propietario a multas y sanciones, además de dejarle con una moto inutilizable fuera del ámbito privado.
Según la denuncia, no solo hubo una ausencia de solución, sino también una falta total de comunicación y respuesta por parte de los responsables del concesionario. “No recomiendo tener ningún tipo de trato con ellos”, sentencia el cliente, visiblemente decepcionado.
Una KTM que no puede salir del garaje
Más allá de los problemas mecánicos o de mantenimiento, este tipo de situaciones pone en el centro del debate la transparencia de los concesionarios oficiales a la hora de vender vehículos que no están plenamente homologados para su uso. Y aunque se trate de una moto de enduro —habitualmente utilizada en campo—, muchos modelos se comercializan también con matrícula y homologación para carretera, siempre y cuando cuenten con los elementos obligatorios.
El caso ha generado un amplio eco entre aficionados al motociclismo off-road, quienes advierten de la importancia de revisar el estado del vehículo y exigir por escrito las condiciones de entrega, especialmente si se trata de una moto que pretende usarse tanto en monte como en ciudad.
Una advertencia para futuros compradores
El caso de esta KTM varada en un garaje de Toledo es un ejemplo de cómo una compra mal gestionada puede derivar en una pérdida de tiempo, dinero y confianza en el propio canal oficial de ventas. Aunque la marca KTM no ha emitido declaraciones sobre esta situación particular, la denuncia abre la puerta a que otros afectados cuenten casos similares, y llama la atención sobre la necesidad de que los concesionarios cumplan con los mínimos legales de entrega.