Compra una Ducati en un concesionario oficial y se queda a cuadros al sacar el filtro de aire: "Está echo polvo"

La compra de una motocicleta de segunda mano en un concesionario oficial suele inspirar confianza. Sin embargo, no siempre es garantía de calidad, como demuestra la queja pública de un cliente que asegura haber sido víctima de una venta negligente tras adquirir una Ducati usada en un conocido establecimiento de Sevilla.
El comprador ha denunciado en redes sociales el estado deplorable en el que recibió la moto, alertando a otros usuarios sobre lo ocurrido. “Son unos estafadores. Te dan la moto de segunda mano y no le hacen ni la revisión antes de entregártela. Tened cuidado con esta gente”, afirma de forma contundente.
Filtro de aire, anticongelante caducado y freno sin líquido
Acompañando su denuncia, el cliente ha publicado imágenes del filtro de aire completamente saturado de suciedad, además de advertir que el líquido anticongelante estaba caducado y que el depósito del freno trasero estaba prácticamente vacío. Según relata, el vehículo también presentaba los discos delanteros de freno doblados, la carcasa del faro rota y “un largo etcétera” de desperfectos.
Una situación que, de confirmarse, dejaría en entredicho los protocolos de entrega de vehículos usados por parte del concesionario, especialmente tratándose de una marca como Ducati, que destaca por su imagen de excelencia técnica y precisión italiana.
Venta en concesionario oficial: ¿mayor seguridad o falsa confianza?
La queja ha reabierto el debate sobre la falta de transparencia en algunas operaciones de compraventa de motos de ocasión, incluso en entornos oficiales. Muchos compradores confían en que adquirir una moto usada en un concesionario de marca garantiza que el vehículo ha sido revisado, actualizado y entregado en condiciones óptimas. Pero, como muestra este caso, esa confianza puede convertirse en un error costoso.
Aunque no se conocen aún respuestas oficiales por parte del establecimiento implicado, esta denuncia pública podría suponer un golpe a la reputación de un concesionario que representa una marca de prestigio internacional. Además, pone sobre la mesa la necesidad de mayores controles y exigencias en la venta de vehículos usados, incluso cuando se comercializan desde canales supuestamente fiables.
El cliente exige responsabilidades
El comprador ha asegurado que tomará medidas para reclamar formalmente lo sucedido y ha pedido a otros motoristas que se informen bien antes de confiar en una entrega “llave en mano” sin comprobar el estado real del vehículo. “Una Ducati no puede entregarse así, y mucho menos desde un concesionario oficial”, lamenta.
Este caso sirve de advertencia para todos aquellos que están pensando en dar el paso hacia una moto de segunda mano: revisar cada detalle, pedir documentación del mantenimiento y no confiar ciegamente ni siquiera en los concesionarios oficiales.