Le "capan" su BMW 1250 GS en una campaña y el taller oficial le dice que "tiene que pagar" si quiere otra actualización

Después de doce años como cliente fiel, cuatro motos mantenidas en el mismo centro y miles de euros invertidos en revisiones oficiales, un usuario de BMW R 1250 GS Adventure ha dicho basta. Su experiencia reciente con un taller oficial de BMW en Madrid ha encendido la mecha en redes y foros especializados. Y no solo por el trato recibido, sino por el fondo del asunto: una actualización de software que, según denuncia, ha empeorado notablemente el rendimiento de su moto.
Una actualización obligatoria que cambió el comportamiento de la moto
Todo comenzó hace un año, cuando en una revisión oficial le cargaron una actualización obligatoria del sistema. Desde entonces, afirma, su R 1250 GSA de 2022 —todavía en garantía— ha perdido respuesta en medios y muestra un claro bache de potencia alrededor de las 4.000 rpm, especialmente notable al circular con pasajero.
Una sensación que, según cuenta, no es aislada. Muchos propietarios de las R 1250 GS y GSA han reportado síntomas similares tras ciertas actualizaciones, en lo que ya se conoce popularmente como el “capado” de potencia de BMW: un ajuste electrónico que, en nombre de la eficiencia o la normativa, reduce el empuje de la moto sin que el usuario lo haya solicitado.
Negación, contradicción… y una respuesta que incendia aún más al cliente
El cliente, desconfiado, llevó de nuevo la moto al mismo taller esta semana. Les pidió que comprobaran si existía alguna nueva actualización que corrigiera el problema. La primera respuesta fue rotunda: "No hay ninguna". Él insistió, convencido de que BMW sí había lanzado al menos una nueva versión. Al cabo de unas horas, le confirmaron que, efectivamente, no existía tal actualización.
Molesto, decidió escribir directamente a BMW Ibérica, y ahí la historia dio un giro: sí había al menos dos actualizaciones disponibles, aunque no obligatorias. La marca le recomendó actualizar para mejorar el comportamiento. Lo que parecía un malentendido técnico se transformó entonces en una cuestión de actitud comercial.
Al volver a contactar con el taller, este le respondió con una frase que no ha pasado desapercibida:
"Claro que hay actualización, pero tienes que pagar. ¿O te crees que mi tiempo no vale dinero? Y si se estropea algo, el responsable eres tú."
Una respuesta que, lejos de tranquilizar, indignó aún más al cliente, que ha terminado presentando una denuncia ante Consumo.
La respuesta oficial del taller: sin autocrítica, con advertencias
El taller, por su parte, respondió públicamente hace dos meses, negando que durante un mantenimiento oficial se realicen actualizaciones de software por defecto. Argumentan que cualquier cambio electrónico conlleva riesgos, que deben ser justificados por un informe técnico y autorizados por BMW, salvo que exista una campaña oficial o sustitución de componentes.
También remarcan que la moto lleva funcionando desde marzo de 2023 sin fallos registrados, que no se informó de problemas en la siguiente revisión y que los precios del aceite y la mano de obra se mantienen “entre los más competitivos”. Un intento de defensa que, sin embargo, no aborda directamente el fondo de la crítica: el deterioro percibido tras una actualización impuesta y el posterior trato al cliente.
¿Es solo un caso aislado?
Lo ocurrido con esta BMW R 1250 GSA no es, según muchos usuarios, un hecho puntual. El debate sobre las actualizaciones electrónicas que alteran la respuesta del motor está sobre la mesa desde hace tiempo. Y aunque algunos entienden que las marcas busquen eficiencia y cumplimiento de normativas, muchos otros reclaman transparencia y control, especialmente cuando estas alteraciones afectan a vehículos aún en garantía.
Porque lo que el cliente denuncia no es solo un problema técnico, es un cambio que no pidió, una respuesta que no esperaba y un trato que no merecía. Y lo más grave: una moto de alta gama que ya no responde como antes.
¿Puede un software cambiar la esencia de una moto? ¿Tienen los usuarios derecho a decidir qué se instala y cuándo? Preguntas que BMW aún tiene pendiente responder… más allá de protocolos internos y hojas de servicio. Mientras tanto, los clientes fieles siguen sumando decepciones.