Otra Yamaha que parte el chasis con un golpe no muy escandaloso: ¿Están rebajando la calidad de los matriales?
Una Yamaha Tracer 900 del año 2022 ha llegado recientemente a Desguaces Motocoche con un problema que empieza a ser preocupantemente frecuente: chasis partido. Lo más alarmante no es el accidente, sino que el golpe recibido no ha sido especialmente grave, y sin embargo, el chasis de fundición de aluminio ha reventado literalmente, dejando la moto inservible a nivel estructural.
Con esta ya son cuatro Yamaha recientes que entran en este mismo desguace por un problema idéntico: el chasis se parte con impactos que no deberían causar ese nivel de daño. En todos los casos, el kilometraje era bajo (esta última unidad tenía apenas 19.200 km) y el precio de mercado rondaba los 14.000 euros, lo que hace aún más dolorosa la pérdida para sus propietarios.
¿Problema de diseño o de materiales?
Desde el propio desguace señalan algo muy claro: han recibido motos de otras marcas con golpes mucho más fuertes en la parte delantera o lateral, y el chasis —aunque doblado o tocado— no había llegado a romperse. Sin embargo, las Yamaha afectadas, todas con chasis de fundición de aluminio, han mostrado un patrón común: se rompen por completo ante impactos relativamente moderados.
Esto ha encendido las alarmas entre los mecánicos y usuarios del sector. La ligereza del aluminio es una ventaja clara en cuanto a rendimiento y peso, pero cuando no se combina con una buena estructura o proceso de fundición, puede convertirse en un punto crítico de fallo.
Un deterioro de calidad que empieza a notarse
Mecánicos y profesionales del sector llevan tiempo advirtiendo que la calidad de fabricación en algunos modelos recientes de Yamaha ha bajado, especialmente en lo relativo a componentes estructurales. Lo que antes era sinónimo de robustez y fiabilidad, ahora empieza a mostrar grietas —literalmente— con casos que ya no parecen aislados.
Desde Desguaces Motocoche, que ve cada día decenas de motos siniestradas, aseguran que la frecuencia de casos como este en Yamaha ha aumentado, mientras que en otras marcas no se observan problemas similares con esa recurrencia.
Una señal de alarma para los propietarios
Este nuevo caso deja una conclusión clara: el chasis de fundición de aluminio de algunas Yamaha actuales no está respondiendo bien a los impactos. Y aunque no hay una comunicación oficial por parte de la marca, la preocupación entre los propietarios y potenciales compradores ya está sobre la mesa.
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¿Está Yamaha al tanto de esta situación? ¿Es un fallo de diseño, de fundición o de calidad del material? De momento, los hechos están en los desguaces, a la vista de todos. Y los clientes, muchos de ellos con motos valoradas en más de 10.000 euros, merecen una explicación y, sobre todo, soluciones.
