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Lleva su BMW a revisión en un taller oficial y casi pierde el cubrecárter en ruta: "Me pusieron tornillos de ferretería"

"Me pusieron tornillos de ferretería"
BMW R 1200 GS Adventure
BMW R 1200 GS Adventure

Un cliente ha hecho pública su decepción tras llevar su motocicleta a una revisión rutinaria en un taller oficial de BMW Motorrad en Murcia. Lo que debía ser un servicio de mantenimiento estándar ha terminado generando una pérdida de confianza en el servicio técnico, tras detectar múltiples fallos poco después de recoger la moto.

El usuario asegura que al recoger la motocicleta, esta marcaba exactamente los mismos kilómetros que cuando la entregó, a pesar de haber solicitado que se revisara un comportamiento extraño durante la conducción. Esta situación le hizo dudar de si el taller llegó siquiera a probar la moto.

Tornillos flojos y piezas mal montadas

A los pocos metros de salir del taller, notó que el asiento no estaba bien encajado. Aunque lo recolocó por su cuenta, el problema más grave llegó poco después: el cubrecárter se soltó en plena ruta, tras solo unos cientos de kilómetros desde la revisión.

Cuando acudió de nuevo al taller para reportar el problema, le reinstalaron la pieza con tornillos de ferretería y arandelas, en lugar de los originales de BMW. Esta solución improvisada no fue comunicada previamente al cliente, que además tuvo que asumir por su cuenta el encargo de los tornillos correctos.

“He pagado por una revisión de la que no me fío”, lamenta el propietario. “Lo mínimo sería haberme informado de que se usaban tornillos no originales y ofrecerme la opción de pedir los adecuados. Sobre todo tras haber arañado el cubrecárter”.

Daños en el tapón de llenado

Lejos de terminar ahí, el cliente encontró nuevas anomalías: al intentar abrir el tapón de llenado, descubrió que este había sido apretado en exceso, hasta el punto de dañar la rosca, un detalle que ha documentado con fotografías. Asegura que los cuatro tornillos del cubrecárter estaban flojos, y que tres llegaron a caerse, lo que le hace dudar de la calidad del servicio recibido.

La respuesta del taller no convence

El concesionario respondió a la queja en redes sociales, justificando lo ocurrido por las vibraciones propias del cubrecárter tras 500 km de uso, y asegurando que los materiales utilizados eran “de la mejor calidad”. Además, invitaron al cliente a volver al taller para una revisión más exhaustiva.

Sin embargo, el afectado considera que la respuesta no es suficiente, y que el servicio recibido no está a la altura de lo que se espera de un taller oficial, ni en lo técnico ni en la atención al cliente.

Un problema de confianza

Este caso se suma a otras quejas que cuestionan el estándar de calidad en algunos servicios oficiales, donde el precio premium no siempre garantiza una atención detallada. En el mundo de la posventa, la confianza es un pilar fundamental, y cuando esta se rompe, resulta difícil de recuperar.

BMW Motorrad no ha emitido un comunicado oficial sobre esta situación en particular, pero el caso pone de relieve la necesidad de una mayor transparencia y control en la red de talleres autorizados.