Compra una scooter en Cuimo y cuando le llega alucina con los arañazos: "Ni se veían en las imágenes publicadas"

Raúl, un cliente reciente de la empresa madrileña Cuimo, especializada en venta de motos de segunda mano, ha denunciado públicamente su experiencia tras la compra de una motocicleta que, según afirma, llegó en un estado muy diferente al que se mostraba en las imágenes publicadas en el anuncio. Arañazos profundos, pintura levantada y abolladuras que, asegura, no estaban ni descritas ni visibles en las fotos oficiales de la empresa.
“Compré una moto esperando recibir lo que mostraban en sus fotos, pero la realidad fue totalmente diferente”, relata el afectado en una reseña que ha sido ampliamente compartida.
El desencanto: “Una auténtica vergüenza”
Raúl no se limita a criticar el estado de la motocicleta, sino también la falta de respuesta y responsabilidad por parte de Cuimo una vez detectó los desperfectos:
“La empresa me ignoró por completo, sin ofrecer ninguna solución ni asumir responsabilidad. Me dijeron que la devolviera si no estaba satisfecho, como si esto fuese algo normal”, expone en su queja.
Asegura que los daños eran considerables: “toda la pintura estaba levantada y abollada”. Y añade que las imágenes promocionales no mostraban esas condiciones, lo que le hace sospechar que el modelo de negocio podría estar basado en crear expectativas falsas.

La versión de Cuimo: “Todos los desperfectos estaban reflejados”
Desde la empresa no tardaron en responder públicamente. En su defensa, Cuimo asegura que las fotografías y vídeos compartidos con el cliente reflejaban de forma clara los daños, y que el informe detallado se envió justo después de la reserva.
“En Cuimo intentamos ser lo más transparentes posible. Mostramos todos los detalles, precisamente para evitar malentendidos”, responden en su perfil oficial.
Según su versión, Raúl decidió seguir adelante con la compra tras revisar toda la información proporcionada, y fue él mismo quien propuso la opción de devolver la moto, algo que la empresa asegura haber facilitado sin trabas.
“Nos da pena que pienses mal de nosotros, porque en tu caso, como en todos, actuamos con la mejor intención y total claridad”, concluyen.
El problema de la “transparencia visual” en la venta online
Este caso vuelve a poner sobre la mesa un debate recurrente en el mercado digital de vehículos de segunda mano: la dificultad de representar fielmente el estado real de una moto o coche a través de imágenes. Para el comprador, los desperfectos eran ocultos o poco evidentes; para la empresa, estaban documentados y visibles.
Sea cual sea la verdad completa, lo cierto es que la experiencia de Raúl no es aislada: cada vez más consumidores muestran preocupación por la falta de control y estandarización en las condiciones de entrega en plataformas de compraventa de vehículos.
Reputación en entredicho
Este nuevo testimonio se suma a otras críticas previas que han surgido en redes sociales y foros especializados, donde algunos compradores se quejan de problemas postventa, falta de atención al cliente o discrepancias entre lo ofertado y lo entregado.
La empresa Cuimo, sin embargo, mantiene una imagen de empresa “certificadora de motos de ocasión con garantía”, y afirma trabajar con total transparencia en todos sus procesos.
Raúl, por su parte, concluye con una advertencia directa:
“No volveré a comprarles ni lo recomendaré a nadie”.