HONDA

Coge cita para probar una Honda NC 750 y el día que va se llevan la moto: "Han tenido 4 días para avisar"

Honda NC750
Honda NC750

Lo que debería haber sido una experiencia sencilla y positiva para un posible comprador de Honda terminó convertido en una pérdida de tiempo y una gran frustración. Así lo denuncia un usuario, un usuario que concertó una cita en un concesionario oficial de Honda ubicado en Getafe para probar una NC750, una de las motos más populares de la marca, y que se encontró con una situación que califica de “desastrosa”.

La cita concertada... y la moto ausente

Jonathan había cerrado una prueba para el lunes a las 17:45, tras haberla concertado el jueves anterior. Todo apuntaba a una cita normal: día y hora confirmados, con tiempo más que suficiente para preparar la unidad. Pero al llegar al concesionario, la moto no estaba.

“Me dicen que la moto se la han llevado a Madrid y que no puedo hacer la prueba”, relata con incredulidad.
Lo peor, según cuenta, no fue solo la falta de la moto, sino el absoluto silencio previo por parte del concesionario:
“Ni una llamada, ni un mensaje, nada. Han tenido cuatro días enteros para avisar”.

El comercial no sabía nada: ¿fallo de comunicación o de organización?

Cuando preguntó por qué no se le había informado, el comercial asignado, Ramón Lillo, le respondió que no estaba al tanto de lo sucedido. Una explicación que, lejos de tranquilizar al cliente, agravó su indignación.

“¿Qué clase de organización es esta? ¿A eso le llaman atención al cliente?”, se pregunta Jonathan, molesto por una experiencia que, según él, dice mucho del funcionamiento interno del concesionario.

Más que una prueba fallida: una experiencia que deja huella

Jonathan no se quedó solo en la anécdota. Su crítica va más allá del fallo puntual y apunta directamente a la confianza que genera una marca y sus representantes:

“Si así gestionan una simple prueba, no quiero imaginar cómo será el servicio postventa”.

La experiencia le ha llevado a tomar una decisión rotunda:

“No volveré”.

La respuesta oficial: escueta, pero con propósito

Un mes después, el concesionario respondió públicamente a su reseña con un tono conciliador:

“Sentimos que la experiencia no haya sido buena. Gracias por tu reseña, pese a ser negativa, a veces es necesario para poder mejorar. Lo trasladamos al jefe de departamento para que no vuelva a suceder un caso similar”.

Una disculpa que, aunque formal, parece no haber sido suficiente para reparar el daño hecho. En el sector de la automoción, la primera impresión cuenta mucho, y más aún cuando se trata de clientes potenciales interesados en probar y posiblemente comprar una moto nueva.


La importancia de cuidar cada paso

Este incidente refleja un problema que, aunque pequeño en apariencia, puede tener un impacto enorme en la percepción de una marca o concesionario. Para muchos, una prueba de conducción es el primer contacto real con el vehículo que quieren adquirir, y un error en la gestión de esa experiencia puede romper la confianza antes incluso de que arranque el motor.

En un mercado cada vez más competitivo, donde el trato al cliente marca la diferencia, organizar mal una simple cita puede costar más que una venta: puede costar la reputación.