Un guardia civil le multa por ir sin luz de cruce en la moto: "Se tuvo que quitar las gafas de sol para multarme"
Un motorista ha compartido en redes sociales una historia que ha reabierto el debate sobre los controles de tráfico, la finalidad recaudatoria de algunas sanciones y la desconexión entre el discurso oficial y la realidad en carretera. El relato lo firma el creador de contenido @thehaoproject y parte de una multa que, aunque legal y ya pagada, deja muchas preguntas en el aire.
El protagonista explica que fue sancionado con 200 euros (100 euros por pronto pago) por circular en motocicleta sin el alumbrado de cruce encendido en pleno día, una infracción que reconoce como correcta. Tras revisar la normativa, confirma que las motos deben llevar siempre las luces encendidas, independientemente de la hora o de la luminosidad, incluso a mediodía y en verano. Hasta ahí, nada que objetar: la norma existe y la sanción es ajustada a derecho.
El problema, según relata, no es la multa en sí, sino el contexto en el que se produjo.
Un control que no parecía de prevención
El control tuvo lugar un día laborable, alrededor de la 13:40, en una rotonda de salida de una ciudad hacia varios pueblos cercanos. Un punto estratégico por el que, según describe, pasaban decenas de trabajadores regresando a casa, muchos de ellos en furgonetas rotuladas, tras terminar su jornada laboral.
Durante 15 o 20 minutos que estuvo esperando dentro del vehículo oficial mientras tramitaban la sanción, el motorista observó cómo los agentes paraban absolutamente a todos los vehículos. A cada coche le hacían una revisión exhaustiva: neumáticos, luces, cristales, señalización… una especie de ITV improvisada en plena carretera, pero con una diferencia clave.
En una ITV, si algo falla, el conductor puede subsanarlo y volver. En este control, no había margen de corrección ni advertencias: cualquier fallo terminaba directamente en multa. El creador asegura que, en ese breve espacio de tiempo, pudo calcular una recaudación aproximada de entre 2.000 y 2.500 euros.
Para él, ese fue el momento en el que se rompió el relato de la prevención. No lo vivió como una acción para mejorar la seguridad vial, sino como una operación puramente recaudatoria, dirigida además a personas que venían de trabajar y que, en muchos casos, van justas a final de mes.
“A mí me duele menos que a otros”
El propio afectado reconoce que, en su caso personal, pagar los 100 euros no supone un drama, ya que vive solo y no tiene cargas familiares. Pero subraya que no todo el mundo está en la misma situación. Para muchas familias, explica, 100 euros pueden ser la compra de la semana, parte del alquiler o un recibo importante.
Ese es el punto que más le indigna: que una infracción menor, detectada en un control masivo y sin margen de corrección, impacte de lleno en personas que cumplen, trabajan y llegan justas.
Críticas también a la imagen del agente
El relato incluye además una crítica directa —y muy polémica— hacia uno de los agentes que participaba en el control, perteneciente a la Guardia Civil. Según su descripción, se trataba de un agente veterano, de edad avanzada y con un evidente sobrepeso, al que considera poco apto físicamente para el servicio operativo en carretera.
El motorista cuestiona la coherencia entre exigir al ciudadano el cumplimiento estricto de la normativa y, al mismo tiempo, mantener en primera línea a agentes que, según su percepción, no podrían reaccionar con eficacia ante una situación de riesgo real.
Una multa legal… pero un debate abierto
El propio @thehaoproject deja claro que no discute la legalidad de la sanción ni pretende eludir su responsabilidad. De hecho, recalca que la multa está pagada y que asume su error por no llevar las luces encendidas.
@thehaoproject 🟢 Campañas de REACUDACION y pruebas FÍSICAS OBLIGATORIAS
♬ sonido original - Sr. House - HAO Project
Lo que pone sobre la mesa es algo distinto: el modelo de control, el momento elegido, el perfil de los conductores afectados y la sensación de que, en determinados puntos y horarios, la seguridad vial queda en segundo plano frente a la recaudación.
Su historia ha generado un intenso debate entre motoristas y conductores, muchos de los cuales se reconocen en la situación. Porque más allá de una luz apagada a pleno sol, la pregunta sigue siendo la misma: ¿estos controles buscan prevenir accidentes o llenar las arcas a base de errores mínimos?