Se compra un casco Scorpion en Motocard y no se lo puede quitar: "Casi me da un infarto"

Cuando en noviembre de 2023 Fernando compró su nuevo casco Scorpion Exo Tech Carbon en Motocard, jamás imaginó que terminaría en una odisea de reclamaciones, frustración y silencio. En apenas seis meses, su casco ha pasado tres veces por el servicio técnico. La última avería no fue un simple fallo estético: el mecanismo abatible se bloqueó y no pudo quitárselo de la cabeza.
“Casi me da un infarto. No podía quitármelo”, relata con evidente indignación.
Lo que para muchos sería motivo suficiente para exigir un reemplazo inmediato, se convirtió en un muro burocrático. El cliente pidió cambiar el casco por otro modelo de otra marca, incluso ofreciendo pagar la diferencia, pero la respuesta fue siempre la misma: “Se repara en garantía”.
Una reclamación que sigue abierta… y sin respuesta
Convencido de que el casco no ofrece confianza ni seguridad, Fernando decidió no recogerlo tras la tercera reparación y presentó una hoja de reclamaciones ante la Junta Municipal de Chamberí. Mientras tanto, el casco continúa en tienda, sin uso y sin solución.
El cliente resume su sensación con dureza:
“Motocard debería exigir al fabricante la devolución. Yo ya no me fío del casco. No compréis cascos Scorpion, y tampoco lo hagáis en Motocard: te dejan vendido”.
Durante semanas, Fernando fue dejando actualizaciones en foros y plataformas públicas. Primero, explicando que había enviado un email a Motocard —siguiendo el protocolo indicado por la tienda—, recibiendo únicamente la respuesta de que “el casco se repara en garantía”.
Más tarde, tras consultar el estado de su reclamación con la Junta Municipal, fue informado de que el organismo acumulaba muchas quejas y que estaban retrasados en las gestiones. Mientras tanto, Motocard no volvió a ponerse en contacto.
Una historia de desgaste y desconfianza
A lo largo de los meses, el cliente ha reiterado su disponibilidad para resolver la situación de forma razonable.
“Lo normal sería que Motocard me facilitase una solución y luego lo arreglase con Scorpion. Pero tener a un cliente así no tiene sentido”, insiste.
Sin embargo, la percepción que deja es clara:
“Solo quieren coger el dinero y después arréglatelas con el fabricante”.
La situación se ha alargado hasta junio de 2025, sin avances. Según la última actualización del cliente, ni Motocard ni Scorpion se han puesto en contacto con él, y la reclamación ante la Junta sigue sin resolución.
“Pensaros mucho antes de comprar en Motocard. Si tienes un problema... te las apañas como puedas”.
Motocard responde... pero con retraso
A principios de junio, Motocard ha dejado un comentario en la publicación del cliente:
“Hola Fernando, nos indican nuestrxs compañerxs de tienda que ya has recogido tu casco reparado. ¡Gracias!”
Una respuesta que ha generado aún más confusión, ya que el cliente no había confirmado públicamente la recogida, ni si aceptaba como válida la reparación.
Un caso que refleja un problema más amplio
La historia de Fernando no es un hecho aislado. Cada vez más clientes denuncian la falta de implicación de algunas grandes tiendas frente a productos defectuosos. En muchos casos, se limitan a remitir a la garantía del fabricante, dejando al comprador sin respuestas y sin confianza.
En este contexto, la atención al cliente se convierte en un factor clave. Y aquí es donde Motocard ha recibido un serio aviso: un casco no es solo un producto, es un elemento de seguridad. Y fallar en eso puede tener consecuencias graves.
¿Qué debería cambiar?
Este caso debería invitar a la reflexión tanto a Motocard como al resto del sector:
-
¿Se está priorizando al cliente o al proceso?
-
¿Qué pasa cuando un producto reparado no genera confianza en su propietario?
-
¿Hasta qué punto debe una tienda asumir responsabilidad directa frente al fabricante?
Fernando sigue esperando una solución real. Y mientras tanto, su historia se suma a una creciente lista de quejas que afectan a una marca con prestigio… pero cuya posventa comienza a generar dudas.