Las motos chinas también se comerán la alta cilindrada de la mano de Voge (entre otras)

Durante años, las motos chinas estuvieron ligadas a la idea de baja cilindrada y precio asequible. Sin embargo, esa imagen empieza a cambiar con fuerza. Fabricantes como Voge, CFMoto, QJMotor o Kove ya están lanzando al mercado europeo modelos con más potencia, más equipamiento y diseños cada vez más ambiciosos.
La gran pregunta es: ¿cuándo llegarán a España las motos chinas de más de 1.000 cc? Y la respuesta está más cerca de lo que muchos imaginan.
Voge, la punta de lanza
La marca Voge, perteneciente al grupo Loncin —proveedor de motores incluso para BMW—, anunció recientemente un plan de lanzamientos para los próximos tres años que incluye motos de gran cilindrada, algunas de ellas muy similares a modelos icónicos europeos.
Entre las más esperadas destacan:
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Voge CU1000V: una custom que recuerda a la Harley-Davidson Sportster, con un motor bicilíndrico de gran cubicaje.
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Voge RR1000: una superbike inspirada en la BMW S1000RR, equipada con electrónica avanzada y un motor tetracilíndrico de altas prestaciones.
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Voge 1600GT: una gran rutera de seis cilindros y 1.600 cc, que busca competir directamente con la BMW K 1600 GT, un modelo de referencia en el turismo de lujo.
Estas novedades llegarán de manera escalonada a Europa y España a partir de 2026, según han adelantado fuentes del sector.
Primeras señales de confianza
El año pasado, Voge ya sorprendió con la RR 666 S, una supersport tetracilíndrica de más de 100 CV, equipada con chasis de doble viga, suspensiones de calidad y frenos Brembo. Su recepción fue la antesala de lo que está por venir: motos con diseño y especificaciones comparables a las japonesas y europeas, pero con precios potencialmente más competitivos.
En el segmento trail, también veremos modelos como la DS900 Rally, que se sitúa como alternativa a la Ducati DesertX, o la DS750 Rally, de clara inspiración en la Honda Transalp 750.
¿Confiarán los europeos?
La gran incógnita está en la confianza del público europeo. Las marcas chinas son conscientes de que no basta con ofrecer potencia y diseño: deben demostrar fiabilidad a largo plazo y buen servicio posventa.
La historia, sin embargo, juega a su favor: en los años 60 y 70, las motos japonesas eran vistas con recelo por considerarse “copias baratas” de las europeas. Hoy, Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki son sinónimo de calidad y durabilidad.
Todo apunta a que las chinas quieren recorrer el mismo camino, y con propuestas de más de 1.000 cc listas para llegar a España en los próximos dos años, el mercado está a punto de ponerse aún más interesante.