Los extranjeros que circulen por España podrán "pasar" de usar la baliza V-16: "Es solo obligatorio para españoles"
A partir del año que viene, todos los conductores en España estarán obligados a llevar una baliza V16 en sus vehículos. Una medida que sigue generando críticas, dudas y una fuerte contestación social. Pero además del debate sobre seguridad vial, hay un dato que ha hecho saltar aún más las alarmas: según las estimaciones publicadas por Libre Mercado, la Agencia Tributaria ingresará más de 300 millones de euros solo en concepto de IVA gracias a la venta masiva de estas balizas.
Mientras tanto, continúan acumulándose las objeciones a esta normativa de la DGT, especialmente después de que el influencer del motor y director editorial de Carwow, Juan Francisco Calero, haya expuesto de forma viral ocho razones para rechazar la baliza V16. Su vídeo en X (Twitter) ha sido compartido por miles de usuarios, avivando el debate en plena cuenta atrás hacia la obligatoriedad.
1. Solo afecta a vehículos españoles
Calero señala que esta normativa solo se aplicará a vehículos matriculados en España, quedando fuera incluso los vehículos europeos. Los conductores extranjeros podrán seguir utilizando triángulos de emergencia, mientras que los españoles ya no podrán hacerlo. Un agravio comparativo que ha suscitado duras críticas.
2. No existe ningún dato que justifique la medida
El segundo argumento se centra en la falta de evidencias. Según explica Calero, no hay ningún dato —ni de la propia DGT— que demuestre que los triángulos aumentan los atropellos en carretera. Es decir, la medida se adopta sin un respaldo estadístico que indique que los dispositivos actuales son peligrosos.
3. Carencias técnicas importantes
Calero afirma que la baliza V16 presenta “tremendas carencias técnicas”. En cambios de rasante o curvas, asegura que es imposible verla, lo que la hace incluso más peligrosa que los triángulos si el objetivo es aumentar la visibilidad del vehículo detenido.
4. Normativa demasiado laxa
Otra de las críticas es la amplia tolerancia en los niveles de luminosidad permitidos. Esto permitirá que lleguen al mercado balizas muy baratas y, por tanto, también las menos eficaces y menos visibles. El riesgo, señala, es que muchos usuarios opten por estas opciones económicas y terminen con dispositivos poco útiles.
5. Los coches modernos ya tienen sistemas superiores
Calero recuerda que todos los coches modernos incluyen obligatoriamente el sistema eCall, una llamada automática de emergencia que alerta a los servicios de rescate. Además, muchos vehículos cuentan con sistemas de asistencia técnica conectados, que también podrían comunicar incidencias directamente a la DGT. Para él, la baliza es un mecanismo redundante.
6. Una alternativa sencilla: una app gratuita
Otra de sus propuestas es mucho más directa: bastaría con una aplicación móvil gratuita mediante la cual los conductores pudieran mandar su ubicación en caso de avería o accidente. Esto evitaría la compra obligatoria del dispositivo y cumpliría la misma función.
7. Problemas prácticos: pilas, descargas y fiabilidad
Calero enfatiza también que los triángulos son dispositivos analógicos, mientras que la baliza no lo es. Esto implica depender de pilas y correr el riesgo de que el dispositivo esté descargado justo cuando más se necesita. Un problema que los triángulos no presentan.
8. Cero campañas informativas
Por último, critica que no haya habido ninguna campaña informativa seria sobre el uso de la baliza V16, a pesar de que se presenta como un elemento supuestamente esencial para la seguridad vial.
Un dispositivo obligatorio… y muy rentable para Hacienda
Más allá de los problemas técnicos y de seguridad, la polémica se ha amplificado tras conocerse que Hacienda recaudará más de 300 millones de euros en IVA solo por la compra masiva de balizas. Una cifra que ha llevado a muchos a preguntarse si la medida responde realmente a razones de seguridad o si es, en gran parte, un negocio fiscal.
La combinación de críticas técnicas, dudas sobre su utilidad, problemas de privacidad y un impacto económico considerable sigue alimentando el rechazo. Con la fecha obligatoria acercándose, el debate sigue creciendo… y cada vez más conductores piden que la DGT dé explicaciones claras sobre una medida que afecta a millones de españoles.