Saca su Honda del taller oficial de Getafe y se dejan el tapón del aceite abierto: "Salpicaba como un aspersor"

Lo que debía ser un servicio de confianza y calidad ha terminado en una amarga experiencia para un cliente de Honda en Getafe. Sergio, usuario de una moto adquirida por 10.600 euros, ha compartido una dura crítica pública contra el servicio postventa y de mantenimiento del concesionario oficial. Lo resume con dos palabras: “De vergüenza.”
Tres años de mantenimiento... tres decepciones
La historia comienza con la contratación del plan Honda Plus, que incluye tres años de mantenimiento gratuito. Pero, lejos de ser una ventaja, este servicio se convirtió en un catálogo de fallos y desatenciones año tras año.
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Primer año: en la primera revisión olvidaron cerrar el tapón del aceite, lo que provocó que este se derramara durante el trayecto hacia Móstoles. “Me abracé la pierna hasta Móstoles”, explica Sergio, describiendo cómo el aceite caliente salpicaba como un aspersor. Un fallo básico con consecuencias peligrosas.
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Segundo año: al recoger la moto, se encontró con que le habían rayado el interior de los plásticos, aparentemente por el uso descuidado de herramientas o llaves. “No tuvieron ni el más mínimo cuidado.”
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Tercer año: lo que más le ha indignado. Pese a seguir teniendo el mantenimiento incluido, no puede ni coger cita por teléfono ni por mensajería. “Solo atienden por correo. Pero eso sí, cuando vas a comprar una moto de más de 10.000 euros, te cogen el teléfono y te besan los pies.”
Una despedida con reproche
Sergio lo tiene claro: no volverá a pisar ese taller. Después de tres años acumulando fallos, ha decidido llevar la moto a otro centro. “Última revisión que pasó allí y no me ven más. De vergüenza”, sentencia.
Una respuesta que no convence
La reacción del concesionario tampoco ha calmado los ánimos. Con un escueto mensaje automático, apenas agradecen el comentario: “Gracias por tus comentarios Sergio. Nos ayudan a entender cómo mejorar ;)”. Ni una disculpa concreta, ni una solución ofrecida. Solo un emoticono que muchos han interpretado como una burla más que como empatía.
Un caso que genera debate
La experiencia de Sergio no es aislada. Su testimonio ha encendido el debate en redes sobre la atención postventa en concesionarios oficiales y la diferencia entre el trato al cliente antes y después de cerrar la venta. Muchos usuarios coinciden en que el nivel de atención se desploma una vez que el cliente ha pagado.
El caso deja una lección clara: no basta con vender motos de calidad si el servicio que las acompaña no está a la altura. Porque, como bien dice Sergio, “cuando vas a pagar, te tratan como a un rey; pero si reclamas lo que ya has pagado, desaparecen.”