YAMAHA

Reale Seguros le obliga a decidir si renueva con 30 días pero le avisa de que le han subido la póliza con 27 días

Yamaha FJR 1300
Yamaha FJR 1300

Un usuario con una Yamaha FJR 1300 del año 2006 asegurada con Reale Seguros ha denunciado públicamente lo que considera una práctica abusiva por parte de la compañía: la imposibilidad de darse de baja del seguro por un aviso fuera de plazo… enviado por la propia aseguradora.

Solo 27 días de margen, cuando la ley exige 30

Según explica el afectado, Reale exige que cualquier cancelación de póliza se comunique con al menos 30 días de antelación respecto a la fecha de renovación. Sin embargo, el aviso de renovación por parte de la compañía llegó solo con 27 días de antelación, impidiéndole cumplir con el requisito impuesto por la propia aseguradora.

“Me piden 30 días para anular, pero ellos me avisan 27 días antes. ¿Cómo voy a darlo de baja si me entero cuando ya no puedo?”, denuncia el usuario, que asegura tener la fecha del aviso acreditada.

Para colmo, le suben el precio del seguro

La situación se agrava porque, además de no poder cancelar la póliza en plazo, Reale ha subido el precio del seguro para este nuevo período. Aunque el importe final no llega a los 200 euros anuales, sí hay un incremento respecto al año anterior, lo que el usuario considera injusto teniendo en cuenta que ni siquiera tuvo la opción real de valorar otras compañías o negociar condiciones.

Yamaha FJR 1300
Yamaha FJR 1300

“Encima me suben el seguro unos cuantos euros más. No es una barbaridad, pero es el colmo teniendo en cuenta que me han renovado sin opción de rechazarlo.”


¿Qué dice la ley?

Según la Ley del Contrato de Seguro, las aseguradoras están obligadas a comunicar cualquier modificación de las condiciones (incluido el precio) con al menos un mes de antelación. Solo así el tomador tiene el derecho de cancelar o negociar la póliza en plazo. Si el aviso llega fuera de ese margen legal, el cliente puede reclamar la nulidad de la renovación.


Conclusión:

Este caso es un ejemplo más de cómo las aseguradoras pueden cerrar la puerta a la competencia real mediante prácticas que, aunque legales si se cumplen los plazos, se convierten en abusivas si los plazos los incumple la propia compañía. El usuario afectado estudia ahora las vías de reclamación.

Porque pagar más por algo que no se puede cancelar no solo es frustrante… es profundamente injusto.