Se compra una Hyosung y se alegra al averiguar que lleva un motor Suzuki

Vale, imagina esto: vas por la calle y ves una custom larga, baja, con escape doble, un depósito voluminoso y un look entre Harley-Davidson y musculoso japonés. Te acercas, miras el logo… y te suelta un: “Hola, soy coreana y llevo un motor de Suzuki, ¿qué pasa?”
Así es la Hyosung GV650 Aquila, una moto que parece salida de un cruce entre un taller de tuning y un drama coreano de Netflix, pero que tiene más historia bajo el chasis de lo que muchos creen. Porque sí, esta custom tiene una mecánica derivada del mítico motor de la Suzuki SV650, solo que con un toque asiático y un presupuesto más apretado.
Una moto con doble nacionalidad: corazón japonés, cuerpo coreano
La GV650 monta un bicilíndrico en V a 90º de 647 cc que, en sus orígenes, estaba claramente basado en el propulsor de la SV650, uno de los motores más nobles, fiables y carismáticos que ha parido Japón. Solo que en este caso, Hyosung lo fabricó bajo licencia, con sus propios ajustes, materiales… y recortes.
¿Resultado? Un motor que suena bien, tira decentemente y no se rompe fácilmente, pero que no tiene el refinamiento ni la finura del original. Vibra un poco más, consume algo más, y tiene ese "no sé qué" que hace que digas: "funciona, pero no es una Suzuki de verdad".
La estética: entre lo atrevido y lo “¿por qué no?”
Aquí es donde la GV650 Aquila se gana miradas. Es larga como un día sin pan, tiene presencia de sobra, y un diseño que, según cómo la mires, puede parecer o bien una cruiser elegante, o bien una copia descarada de algo que no sabes si amar o odiar.
Los escapes cromados, el asiento doble, las llantas gordas y el aire de muscle bike la hacen destacar en cualquier semáforo. Pero si eres muy purista del custom, prepárate: esto no es Milwaukee, es Busan.
¿Y cómo va? Pues... sorprendentemente bien (si bajas las expectativas)
No vamos a engañarnos: no es una moto premium. Ni lo pretende. La suspensión es justita, los frenos cumplen (con esfuerzo), y la instrumentación es de esas que parecen sacadas de un coche de los 90. Pero si lo que buscas es una custom diferente, con motor probado, más barata que las japonesas y menos vista que una Harley, entonces la Aquila tiene su encanto.
Además, tiene algo que no se ve a menudo: una transmisión final por correa, rara en este rango de precio. Y eso siempre da puntos en estilo y comodidad (menos mantenimiento, más silenciosa).
El gran dilema: ¿la quieres por lo que es o por lo que aparenta?
La GV650 vive en tierra de nadie. No tiene el prestigio de una japonesa, ni el alma de una americana, ni la exclusividad de una europea. Pero si le das una oportunidad, es una moto que cumple, sorprende y se defiende, especialmente en trayectos tranquilos o para rutear a ritmo relajado.
Eso sí, no esperes encontrar un concesionario Hyosung en cada ciudad, ni un grupo de riders con chalecos bordados y parches coreanos. Vas a ir por libre, con una moto rara, distinta… y eso, en este mundo lleno de clones, también tiene su valor.
En resumen: una moto para valientes (o rebeldes con poco presupuesto)
La Hyosung GV650 Aquila no es para todos. Es para los que quieren una custom potente sin hipotecarse, para los que les da igual lo que diga el logo mientras el motor suene bien, y para los que se atreven con algo diferente.
Porque sí, puede que tenga nombre raro, pasaporte coreano y motor japonés de segunda generación… pero al menos no es una copia barata. Es una moto extraña, honesta y con su propio rollo, y eso, amigos, ya es más de lo que ofrecen muchas otras.