Le clavan tres multas el mismo día por ir sin DB Killer en su Kawasaki Z900: "Lo lleváis claro"

Lo que para muchos sería una pesadilla en forma de sanción, para él ha terminado siendo una escena casi cómica. Un propietario de una Kawasaki Z900 ha compartido en redes sociales la experiencia vivida durante una ruta en carretera, donde fue detenido hasta tres veces por la Guardia Civil por el mismo motivo: modificaciones no homologadas en su moto.
Según ha relatado, las dos primeras paradas fueron por circular con un escape sin DB Killer, es decir, sin el silenciador interno obligatorio que regula el ruido. La tercera detención, para rematar la jornada, fue por llevar retrovisores de manillar que, según los agentes, no estaban homologados.
“¿Os pensabais que los iba a poner?”
Lejos de tomárselo con rabia o resignación, el motorista ha reaccionado con sarcasmo y humor. En un vídeo que ya circula en TikTok e Instagram, asegura que “por las multas, ahora sí, voy a poner el DB Killer… y los retrovisores originales también”.
Pero acto seguido, muestra cómo lanza ambas piezas —y las propias multas— directamente a la basura. “¿Os pensabais que lo iba a poner, no? Lo lleváis claro”, dice entre risas, dejando claro que la rebeldía motera sigue viva, al menos en espíritu.
Tres paradas, una moto y muchas risas
La Kawasaki Z900, una de las naked más populares de la categoría media-alta, es también una de las motos más modificadas por sus propietarios. Cambios en escapes, retrovisores, intermitentes o cúpulas son habituales… pero también un motivo frecuente de sanción cuando las piezas no están homologadas.
En este caso, más allá del incumplimiento técnico, ha sido la actitud del motorista la que ha generado todo tipo de comentarios en redes, desde los que aplauden su forma de tomárselo con humor hasta quienes le recuerdan que las multas no se esfuman tan fácilmente.
El eterno pulso entre personalización y normativa
El vídeo ha reabierto, una vez más, el debate sobre los límites de la personalización en las motos. Muchos moteros se sienten encorsetados por una legislación que consideran excesiva, especialmente en aspectos como el volumen del escape o el diseño de los retrovisores.
Pero al otro lado, la normativa insiste: todo lo que se instale en una moto debe estar homologado y cumplir con los requisitos de seguridad y emisiones. Y, como ha demostrado este caso, las patrullas de tráfico no pasan por alto los detalles… ni aunque sea en la misma ruta, tres veces seguidas.
Mientras tanto, las piezas están en la basura y las multas… también. Al menos en este vídeo. Porque si algo ha dejado claro este motorista es que, con sanción o sin ella, el estilo no se negocia.