Se equivoca y le echa AdBlue a su Yamaha Tracer y el motor queda cristalizado por dentro: "Mala espina"
Una Yamaha Tracer ha llegado al taller ApCycles con una avería que podría servir de ejemplo para todos los manuales de lo que no debes hacer con tu moto. El error ha sido tan llamativo como grave: el propietario llenó el depósito de combustible con AdBlue, un producto que no debe entrar en contacto con motores de gasolina y cuyo uso está restringido a sistemas de reducción de emisiones en vehículos diésel.
El resultado: una avería catastrófica que ha obligado al equipo del taller a desmontar prácticamente toda la moto para limpiar y evaluar daños.
“Esto me huele muy mal”: la mezcla fatal
El mecánico de ApCycles fue claro desde el inicio. Tras desmontar el depósito, se encontró con una sustancia que no debería estar allí: una mezcla de gasolina y AdBlue. Solo con abrir el tanque y ver el contenido, soltó un expresivo: “Qué mal me huele esto”.
Aunque la bomba de gasolina funcionaba y generaba presión, el líquido contaminado ya había hecho estragos en el circuito de alimentación. Los inyectores se limpiaron a fondo con máquina específica, soltando todo el AdBlue acumulado, pero los problemas solo empezaban.
Paredes cristalizadas y válvulas contaminadas
Al avanzar con el desmontaje, el equipo del taller comprobó que las paredes internas del sistema estaban cristalizadas, como si se hubieran petrificado con una película blanca. El AdBlue, al reaccionar con la gasolina y con los metales a altas temperaturas, genera cristales que se adhieren al sistema de inyección, válvulas y cilindros.
“Hasta las válvulas están llenas de cristales”, explicaban en el taller mientras examinaban el alcance de los daños. Cuando finalmente se destaparon los cilindros, la escena era desoladora: el interior del motor había quedado completamente dañado.
Un error que sale muy caro
Ante el estado del propulsor, la única solución viable fue reemplazarlo. El cliente, viendo la magnitud del destrozo, optó por adquirir un motor de segunda mano, que al menos cuenta con dos años de garantía.
Este caso sirve de ejemplo para recordar que el AdBlue no es un aditivo ni un combustible. Echarlo en el depósito de gasolina no solo no mejora el rendimiento, sino que puede destruir por completo un motor. Su uso está destinado únicamente a vehículos diésel que disponen de un sistema de reducción de emisiones por catalización selectiva (SCR), algo que las motos no tienen.
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