Dos propietarios de Voge hablan de averías y coinciden: "Llevo 4 meses con la moto en el taller"

La promesa de fiabilidad y buen precio que acompaña a muchas motos chinas como las de la marca Voge empieza a resquebrajarse para algunos clientes en España. Dos casos recientes han puesto de relieve una preocupante falta de respuesta en el servicio posventa, incluso ante averías graves en motos con apenas unos cientos de kilómetros.
"Motor de arranque roto con solo 650 km"
Uno de los afectados ha relatado su experiencia con la Voge SR4 Max, una maxiscooter que recibió en marzo pero que apenas pudo disfrutar por problemas de salud. En septiembre, tras recorrer solo 650 km, llevó la moto a su primera revisión y ya entonces notó que la temperatura del motor subía de forma anormal.
El técnico le pidió que la dejara unos días después, pero al intentar arrancarla esa mañana, la moto ya no respondía. La grúa confirmó lo peor: motor de arranque averiado. Tras 20 días de espera, el recambio llegó, pero el problema persistía: la temperatura seguía disparándose solo con dejarla al ralentí. Bomba de agua, termostato… nada ha funcionado. A día 8 de noviembre, sigue sin moto, sin solución y sin respuestas claras por parte de Voge.
“Es simplemente lamentable… estoy totalmente decepcionado”, explica el usuario, que acumula más de 40 días sin poder usar una moto prácticamente nueva.
"Cuatro meses sin moto por una reparación que no avanza"
Otro propietario, esta vez de una Voge 900 DSX, tampoco oculta su frustración. Tras un fallo que atribuye al taller oficial Duomo Motorbikes de Móstoles, su moto lleva cuatro meses inmovilizada. El motor está siendo reparado casi por completo, pero falta una pieza –dos casquillos concretamente– que lleva dos meses sin llegar. Lo más sorprendente es que este modelo utiliza el mismo motor que BMW, lo que hace aún más incomprensible que no haya disponibilidad de recambios.
“El servicio postventa es pésimo. ONETRON Motos (importador oficial) se lava las manos y ni siquiera responden a los correos”, denuncia. Según el afectado, la única vía que le queda es “llevarlos a juicio”, una decisión que muchos clientes se ven obligados a considerar cuando la vía administrativa se convierte en un muro de silencio.
¿Qué está pasando con Voge en España?
Voge ha logrado hacerse un hueco en el mercado por su agresiva relación calidad-precio, ofreciendo modelos bien equipados por debajo de los precios de marcas tradicionales como Honda, BMW o Yamaha. Sin embargo, lo que parecía una alternativa asequible empieza a mostrar carencias estructurales en el servicio postventa y en la gestión de garantías.
Los talleres oficiales, en muchos casos multimarca y saturados, se ven desbordados, y la falta de stock de piezas de recambio es una queja recurrente. No es el primer caso en el que una simple avería se traduce en semanas –o incluso meses– de espera.
Una marca en entredicho
Lo más preocupante es que estos no son casos aislados. En foros, redes sociales y grupos de usuarios, se multiplican los testimonios de frustración con el servicio técnico de Voge y su red de concesionarios. Si bien hay motos que no presentan fallos, cuando aparece un problema, el procedimiento de respuesta y reparación parece ralentizarse hasta límites inaceptables.
La falta de comunicación, los largos plazos y la imposibilidad de acceder a piezas básicas para motos que apenas han recorrido unos pocos cientos de kilómetros son una señal de alarma para una marca que aspira a consolidarse en el mercado europeo.