Va a probar una Honda a un concesionario oficial de Madrid y cuando acaba le piden que pague la gasolina

Un cliente potencial ha compartido recientemente una crítica que pone en cuestión las políticas comerciales de un concesionario oficial Honda ubicado en el centro de Madrid. El motivo: tras una prueba de conducción de una hora, el concesionario le pidió repostar la gasolina consumida antes de devolver la moto, algo que, según afirma, no le ha ocurrido en ningún otro punto de venta.
Una prueba con sabor amargo
El usuario relata que la experiencia comenzó de forma positiva: el concesionario le permitió disfrutar de una prueba de conducción de hasta una hora, algo poco común en muchos establecimientos donde el tiempo suele limitarse a 30 minutos. Sin embargo, al finalizar el test, recibió la indicación de que debía repostar la gasolina gastada, una práctica que considera innecesaria y poco estratégica:
“Por ganar 3 euros de gasolina pierden una venta, y seguro que no soy el primero”, afirma.
Atención correcta… pero poco personalizada
Más allá del detalle del repostaje, el cliente también señaló que la atención comercial fue correcta, pero escasa en explicaciones. Tras consultar el precio de la moto, no recibió detalles sobre el equipamiento, opciones de financiación ni argumentos de valor del modelo. Un trato que, según indica, no contribuyó a generar confianza ni motivación para cerrar la compra.
La respuesta del concesionario
Desde el concesionario explican que el objetivo no es ahorrar gasolina, sino evitar que los empleados tengan que ausentarse para repostar las motos de prueba, especialmente cuando el equipo está bajo mínimos y puede quedar solo un comercial atendiendo. Argumentan que al ofrecer más tiempo de prueba que la media del sector, consideran razonable que sea el cliente quien reponga el combustible que haya gastado.
¿Una práctica poco común?
En el sector de la automoción y las dos ruedas, la gratuidad de las pruebas de producto suele ser un reclamo habitual, precisamente para incentivar ventas y fidelizar clientes. Por ello, este tipo de prácticas, aunque comprensibles desde el punto de vista logístico, pueden tener un efecto contrario al deseado si no se gestionan con tacto comercial o si no se explican con claridad desde el inicio.
¿Compensa pedir gasolina tras una prueba?
En un mercado cada vez más competitivo, detalles aparentemente pequeños pueden marcar la diferencia entre cerrar una venta o perder un cliente. Esta experiencia lo deja claro: la atención personalizada y la empatía siguen siendo claves en cualquier concesionario que aspire a destacar.