Lolo Pámanes, el cántabro que se ha hecho un referente tapizando asientos de moto

Detrás de cada viaje inolvidable sobre dos ruedas, hay una parte de la moto que a menudo se pasa por alto pero que lo cambia todo: el asiento. Y si hay alguien que lo sabe bien, ese es Lolo Pámanes, el artesano que ha revolucionado el confort en el mundo de las motos con su marca Lolo Pámanes & Family. Desde su taller, registrado bajo el nombre Tapicería de la Moto S.L., ha logrado lo que pocos: convertir una profesión tradicional en un sello de distinción entre moteros de toda España.
De la tradición familiar al sello personal
Lolo es tapicero de segunda generación, y lleva en las venas la pasión tanto por las motos como por el oficio. Desde niño supo que el vínculo entre ambos mundos le acompañaría siempre. Lo que empezó como una forma de vida se ha convertido hoy en una marca registrada y sinónimo de calidad, detalle y confort extremo.
Su filosofía es clara: "todo se hace a mano, todo es artesanal, todo lleva corazón". Y eso se nota. No importa si usa una tijera que corta más o menos, una grapadora Bea o una de marca blanca, o una máquina de coser más rápida o más modesta: la esencia está en el saber hacer y en la dedicación con la que trabaja cada pieza.
Un asiento hecho a medida… y con alma
Lo que diferencia a Lolo no es solo la calidad de los materiales o la destreza en la ejecución, sino la atención al detalle y el conocimiento profundo de lo que un motero necesita. Cada asiento que sale de su taller ha sido pensado, ajustado y trabajado para que quien lo monte pueda hacer cientos de kilómetros sin notar el paso del tiempo en la espalda o las piernas.
Sus clientes no buscan solo un servicio, buscan una experiencia personalizada, y por eso Lolo se ha ganado un lugar privilegiado dentro del mundo motero. Tanto es así que su fama ha traspasado fronteras, y su nombre es ya habitual en foros, concentraciones y eventos del sector.
Artesanía que inspira confianza
En un mundo dominado por la producción en serie, la apuesta de Lolo por lo artesanal le ha convertido en una rara avis, un ejemplo de cómo se puede triunfar sin renunciar al trabajo manual y al trato cercano. Su taller no es una cadena de montaje, sino un pequeño laboratorio de confort donde cada moto es única.
“Mi profesión es totalmente artesanal”, dice con orgullo, y lo respalda cada uno de sus trabajos.
Lolo Pámanes & Family: un nombre, una familia, una comunidad
Lo más bonito de esta historia es que Lolo no está solo. Su taller es también una empresa familiar, un espacio donde se respira camaradería, pasión y respeto por la profesión. "Family" no es solo un nombre de marca, es una forma de entender el trabajo y la vida.
Y como él mismo dice:
“Solo me queda daros las gracias por ser moter@s”.
Lolo Pámanes ha conseguido lo que muchos sueñan: transformar su vocación en un referente. Y lo ha hecho sin ruido, con humildad, y con la misma constancia con la que cose cada asiento. Si alguna vez te preguntas por qué hay moteros que hacen miles de kilómetros sin perder la sonrisa, probablemente tengan algo de Lolo bajo ellos.