SUZUKI

Se pasa el mantenimiento de su Suzuki GSX R y le llega una avería de 4.000 euros

Motoscar y la Suzuki GSX

Esto es lo que pasa si no se sigue el programa de mantenimiento del fabricante”, ha sentenciado el mecánico de Motoscar Barcelona tras abrir el motor de una Suzuki GSX-R 600 llegada desde Ibiza con una avería que se podía haber evitado fácilmente.

La moto presentaba una gravísima pérdida de compresión en uno de los cilindros. ¿La causa? Una válvula completamente quemada, un daño provocado por algo tan básico como no haber hecho el reglaje de válvulas cuando tocaba.

Una negligencia que salió cara

Según el equipo de Motoscar, el manual de Suzuki establece que el primer reglaje de válvulas debe hacerse a los 24.000 km. En este caso, nunca se hizo. La moto siguió circulando durante decenas de miles de kilómetros hasta que, con 60.000 km en el marcador, el daño ya era irreversible: una válvula quemada por defecto de tolerancia, algo que se habría detectado y corregido en una revisión a tiempo.

El resultado es una factura que supera los 4.000 euros, ya que el daño ha sido tan profundo que había que cambiar prácticamente todo el conjunto de culata.

Un error frecuente, pero evitable

Este tipo de averías no son raras, pero sí profundamente evitables. Muchos propietarios de motos deportivas subestiman la importancia del reglaje de válvulas, un mantenimiento que no da síntomas inmediatos, pero cuya omisión puede terminar en averías catastróficas y costosas.

En el caso de los motores de alto rendimiento como el de la GSX-R 600, la tolerancia de las válvulas es milimétrica. Si se va cerrando por el desgaste sin ser corregida, el calor no se disipa correctamente, la válvula no llega a asentarse bien, y con el tiempo, acaba literalmente quemándose.

Una lección de 4.000 euros

Casos como este son un recordatorio contundente de que el mantenimiento preventivo siempre es más barato que una reparación correctiva. Un reglaje de válvulas cuesta una fracción del precio de una reconstrucción de motor, pero sigue siendo uno de los puntos más olvidados por los usuarios.


La mecánica no perdona la negligencia. Y esta Suzuki GSX-R 600 es el ejemplo perfecto de cómo un simple descuido puede convertirse en un desastre económico y mecánico. La conclusión es clara: si quieres que tu moto dure, hazle caso al manual. Tu bolsillo y tu motor te lo agradecerán.