Compra una moto en Flexibike y se la dan sin el escape de serie (que ya tenía): "Podemos ofrecerte uno por 350 euros"
La compra de una motocicleta debería ser una experiencia satisfactoria. Sin embargo, en el caso de un cliente de Flexibike, un conocido comercio de compraventa de motos, la satisfacción inicial se convirtió en frustración. El usuario ha denunciado públicamente una serie de incidencias relacionadas con el estado de la moto entregada, así como con la gestión del escape original, que según asegura, le fue prometido y luego denegado. La empresa ha respondido públicamente, y su postura ha levantado todavía más dudas.
Una compra fluida… hasta la entrega
El cliente comienza valorando positivamente el proceso de compra y el trato comercial recibido por parte de Jorge, miembro del equipo de ventas. Afirma que desde el primer momento se mostró involucrado y facilitó los trámites. Sin embargo, el problema llegó el día de la entrega: la motocicleta —según denuncia— fue entregada con un escape no homologado y, aunque el comprador había solicitado expresamente que le entregaran el escape de serie montado, este le fue dado en una bolsa aparte, con la promesa de poder recogerlo días después.
Cuando volvió a por él, la situación se volvió confusa. Le impidieron llevarse el escape alegando que “no estaba el jefe de recambios” y prometieron una llamada que, según el cliente, nunca se produjo. Semanas después, asegura que Jorge le reconoció que su jefe había decidido no entregarle el escape, al no estar mencionado explícitamente en el contrato.
Una revisión técnica que el cliente pone en duda
Más allá del conflicto sobre el escape, el comprador denuncia problemas mecánicos relevantes tras la entrega de la moto. Asegura que la unidad fue vendida como “revisada”, pero al sacarla del concesionario, detectó lo siguiente:
-
Cadena peligrosamente destensada
-
Embrague mal ajustado
-
Aceite por debajo del mínimo
-
Refrigerante escaso y con fuga en la bomba de agua
-
Estado general de limpieza deficiente
Según el cliente, todo esto evidenciaría que la revisión previa a la entrega no se realizó o fue claramente deficiente. Por eso, recomienda a cualquier futuro comprador llevar la moto directamente a un taller externo tras sacarla de Flexibike.
La respuesta de Flexibike: sin constancia y con oferta
Desde la empresa han publicado una respuesta oficial. En ella afirman que no tienen constancia de que el cliente les comunicara estos problemas mecánicos en su momento, y sostienen que no se trata de averías, sino de cuestiones de mantenimiento. Respecto al escape, sostienen que no hay ningún acuerdo firmado sobre su entrega, y en su lugar ofrecen vender uno de serie por 350 euros.
“Queremos aclarar que los problemas que mencionas, como el aceite bajo, la cadena y el refrigerante, son cuestiones de mantenimiento y no averías. No tenemos constancia de que hayas comunicado estos problemas previamente”, señalan.
¿Qué revela este caso?
Aunque la compraventa no derivó en un conflicto legal, este caso deja en evidencia una diferencia entre las expectativas generadas por el comercial y la política de postventa de la empresa. El comprador destaca la buena atención de Jorge, pero también critica que se haya limitado a cumplir órdenes, sin ofrecer soluciones ante una situación que considera injusta.
El hecho de que la empresa ofrezca vender por 350 euros un escape que, según el cliente, debería haberse incluido en la entrega, tampoco ha ayudado a restaurar la confianza.
Conclusión
Este caso de Flexibike plantea preguntas relevantes para el sector: ¿hasta qué punto debe detallarse por escrito cada accesorio en una compraventa? ¿Qué grado de revisión debe exigirse a un concesionario antes de entregar una moto usada? Mientras tanto, el cliente recomienda precaución: si vas a comprar una moto usada, exige por escrito todo lo acordado y revisa la moto en un taller independiente antes de circular. Una experiencia aparentemente sencilla puede volverse problemática si no se deja todo bien atado.