Intentan organizarse para reprochar y pedir soluciones a BMW que "capara" sus R 1250 GS tras una campaña
Lo que empezó como una campaña técnica preventiva ha terminado generando un profundo malestar entre muchos propietarios de la BMW R 1250 GS, uno de los modelos más icónicos del fabricante alemán. Desde comienzos de 2023, varios usuarios han notado que su moto ya no se comporta igual tras una visita obligada al taller para aplicar una actualización de software destinada a proteger el sistema de transmisión por cardan.
Aunque la marca defendió que esta medida era necesaria para prevenir fallos en situaciones extremas (como saltos en conducción off-road), el resultado para muchos ha sido una notable pérdida de rendimiento: menor potencia, reducción en la retención del motor, diferencias apenas perceptibles entre modos de conducción y una experiencia de pilotaje menos agresiva y directa.
“La moto no es la misma”
El enfado ha llegado a los foros especializados. Un miembro de una comunidad online ha abierto un hilo específico para reunir a otros afectados por la actualización. “Desde aquí podremos informar a afectados actuales y futuros, así como buscar entre todos soluciones”, escribía. Con este gesto, se pretende visibilizar un problema que va más allá de una simple revisión mecánica: el cambio en el comportamiento de la moto ha sido, en muchos casos, radical.
Muchos propietarios lamentan que no se les informara con claridad de las consecuencias de la campaña. El aviso llegó por carta, gestionado a través de la DGT, y presentaba la intervención como una actualización de software sin aparente impacto en la experiencia de conducción. Sin embargo, para quienes conocían bien su moto, el cambio fue evidente desde el primer momento tras recogerla del taller.
Una revisión sin vuelta atrás
La situación se vuelve aún más compleja cuando se tienen en cuenta las condiciones impuestas por BMW: no someter la moto a esta revisión implica quedar fuera del circuito de mantenimiento oficial de la marca, lo que podría dejar al usuario sin cobertura ante futuras incidencias. Una suerte de “obligación encubierta” que muchos han acatado, pero no sin consecuencias.
En algunos casos, los talleres también aprovecharon para revisar el cardan, y si se detectaba el más mínimo signo de desgaste, el cambio del componente podía suponer más de 1.000 euros de coste, incluso en motos sin síntomas previos.
Silencio desde BMW
Mientras el número de usuarios molestos crece, BMW no ha ofrecido explicaciones claras sobre la naturaleza exacta de esta actualización. La respuesta estándar es que no hay constancia de pérdida de potencia ni cambios en el rendimiento. Pero las sensaciones de muchos motoristas apuntan en otra dirección.
Algunos incluso hablan de una "limitación encubierta", diseñada para alargar la vida útil del cardan, pero a costa del carácter deportivo y prestacional por el que la R 1250 GS es conocida.
¿Y ahora qué?
Mientras tanto, los usuarios intentan buscar soluciones por su cuenta. Algunos estudian cómo revertir la actualización, otros exploran alternativas como talleres no oficiales o software externo para restaurar los parámetros originales de la moto. Sin embargo, esta opción no está exenta de riesgos legales o de garantía.
Lo cierto es que este episodio ha erosionado la confianza en la marca bávara, especialmente entre quienes invirtieron en una moto de alta gama esperando una experiencia completa sin restricciones impuestas sin previo aviso.
La gran incógnita sigue siendo: ¿se trataba realmente de una mejora para la seguridad o de una limitación impuesta por otros intereses? Hasta que BMW se pronuncie con claridad, la polémica seguirá alimentando la frustración de muchos de sus clientes más fieles.