El seguro le indemniza por su Yamaha MT-07 robada y se la encuentra en el desguace: "Podía haberla recuperado"
En Desguaces Motocoche ha aparecido una motocicleta que no solo llama la atención por su estética o prestaciones, sino por la historia que arrastra detrás. Se trata de una Yamaha MT-07, una de las naked más exitosas del mercado, con sus 73 caballos de potencia y una mecánica sencilla, ágil y fiable. Pero esta unidad en concreto ha acabado allí no por un accidente ni por una avería grave, sino por una cadena de decisiones y burocracia que terminó en el peor escenario para su dueño: verla acabar en un desguace después de haber sido robada.
Todo comenzó con un robo. El propietario denunció la desaparición de su Yamaha y, al no haber noticias durante más de un mes, su aseguradora dio por perdida la moto y procedió a indemnizarlo económicamente, como establece el protocolo en este tipo de casos. Hasta aquí, todo parece seguir su curso habitual. Pero lo que muchos moteros no saben —y este caso pone de manifiesto— es que, una vez pagada la indemnización, la moto deja de ser de quien la compró y pasa a ser propiedad legal de la aseguradora.
Y fue justo entonces cuando ocurrió lo impensable: la moto apareció. Fue localizada en buen estado y pudo ser recuperada. Sin embargo, para el propietario ya era demasiado tarde. Legalmente, la Yamaha MT-07 ya no era suya. Y si quería volver a tenerla en su garaje, debía devolver todo el dinero que el seguro le había abonado. Esta opción, contemplada en muchas pólizas mediante cláusulas específicas, no siempre es fácil de ejecutar: el desembolso es inmediato y, en algunos casos, incluso mayor del valor real del vehículo en ese momento.
En este caso, el propietario no ejerció su derecho a recuperarla, o no pudo hacerlo a tiempo. Así que la aseguradora envió directamente la moto al desguace, donde finalmente ha terminado. “Es lo que más le duele a un motero”, comentan desde Desguaces Motocoche, que han querido compartir la historia como advertencia para todos los aficionados a las dos ruedas.
Porque más allá del dolor sentimental de perder tu moto por un robo, hay algo aún más frustrante: ver cómo reaparece y ya no puedes hacer nada para recuperarla. Lo que para algunos es solo una moto, para otros es un proyecto, un sueño cumplido o simplemente su compañera de aventuras.
Esta historia pone el foco en un detalle que muchos pasan por alto al contratar un seguro: una vez que la indemnización entra en juego, el vínculo con tu moto se rompe legalmente, aunque aparezca intacta semanas después. Un punto que todo motorista debería tener presente, sobre todo si su moto representa más que un simple medio de transporte.
El caso de esta Yamaha MT-07 sirve de recordatorio: la burocracia y los plazos no entienden de pasión ni de recuerdos, y lo que comenzó como un robo terminó con una moto totalmente funcional desmontada por piezas. Para su dueño, un final amargo que nadie desea vivir.