La DGT no sale a volar con Pegasus, pero se deja 60.000 euros en cascos de piloto
En un giro tan sorprendente como controvertido, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha licitado recientemente la compra de 24 cascos de piloto de helicóptero destinados a los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, apenas días después de que su flota de helicópteros Pegasus quedara literalmente en tierra. El motivo: la falta de pilotos y servicio de mantenimiento, tras la finalización del contrato vigente y la ausencia de nuevas ofertas para su renovación.
El dato ha sido revelado por El Debate, medio que ha tenido acceso a los detalles de esta licitación por valor de más de 72.000 euros con IVA, con un coste unitario de unos 2.420 euros por casco. Esta adquisición resulta, como mínimo, contradictoria, dado que a día de hoy los helicópteros de la DGT no pueden volar al carecer de personal y soporte técnico contratados.
Cascos de piloto sin helicópteros operativos
La situación ha generado perplejidad en sectores vinculados al tráfico y la seguridad vial. ¿Para qué adquirir cascos de piloto si no hay vuelos programados ni personal disponible para operarlos? Según ha explicado la Guardia Civil a El Debate, se trata de un equipamiento de protección para agentes que participan como tripulantes ocasionales en vuelos concretos, no de los pilotos en sí. Es decir, cascos pensados para acompañantes o personal de apoyo en vuelos específicos.
Los cascos cuentan con especificaciones técnicas exigentes: son integrales, con visores oculares integrados (transparentes y tintados), sistema de comunicación (auriculares y micrófono), certificación de protección homologada, diseño con colores corporativos de la Guardia Civil y se entregan en bolsas individuales de fieltro, con opción de garantía extendida. Las tallas serán seleccionadas posteriormente según las necesidades de cada tripulante.
Una compra en plena parálisis operativa
A pesar de estas explicaciones, el contexto actual de la DGT ha puesto esta compra bajo el foco de la crítica. El pasado mes de julio, Tráfico lanzó una licitación de más de 50 millones de euros para externalizar tanto el servicio de pilotos como el de mantenimiento técnico de su flota Pegasus, conocida por su papel clave en el control del tráfico desde el aire. Pero nadie se presentó. Así, con el contrato anterior vencido, los helicópteros están actualmente inoperativos.
Este hecho no ha impedido que se procediera con la adquisición de los cascos, en una decisión que genera dudas sobre la planificación interna del organismo y el uso del dinero público. Especialmente llamativa resulta la paradoja de adquirir material para una actividad que, al menos por ahora, no puede realizarse.
¿Un paso adelante o una compra precipitada?
Desde la Guardia Civil insisten en que el objetivo es dotar de seguridad a los agentes que, ocasionalmente, participan como miembros de la tripulación y que, como tales, están obligados por protocolo a llevar protección homologada. Sin embargo, como muestra el propio reportaje de El Debate, no siempre se ha cumplido esta norma, ya que en algunas imágenes es posible ver a operadores de radar sin casco, a pesar de formar parte del equipo aéreo.
La compra podría interpretarse como un paso hacia la regularización de estas prácticas y el cumplimiento normativo en materia de seguridad aérea. Pero también se alzan voces que consideran que se trata de una licitación prematura, en un momento en que la prioridad debería estar en garantizar el funcionamiento básico de los helicópteros: pilotos y mantenimiento.