Le clavan 17.000 euros de multa por "vacilar" a un radar que creía que no le pillaba
En Alemania ya tiene apodo propio: el “Rambo de Rüsselsheim”, y no es para menos. Un motorista alemán se ha ganado la fama —y una de las multas más abultadas de la historia reciente— por una hazaña digna de una película... o de un castigo ejemplar. Tras vacilar sistemáticamente a un radar de tráfico durante semanas, finalmente ha sido cazado por la policía, y su penitencia no será precisamente corta.
Se creía intocable por ir en moto
Todo comenzó el pasado verano. Este motorista, cuya identidad no ha trascendido, empezó a pasar frente a un radar fijo limitado a 50 km/h a más del doble de la velocidad permitida. No una ni dos veces. Lo hizo de forma repetida: el radar llegó a captar registros de 131, 126, 123 y 119 km/h, y eso solo en algunos de los casos.
Convencido de que las cámaras de velocidad no podrían identificarle por no llevar matrícula delantera, el motorista se convirtió en un visitante habitual del radar. Llegó a pasar por allí incluso varias veces el mismo día. En total, acumuló 15 infracciones.
Y no solo superó límites en vías de 50 km/h. También fue cazado a 61 km/h en una zona residencial limitada a 30 km/h.
La teoría errónea: “Soy invisible”
Cuando la policía por fin lo interceptó, el motorista explicó su lógica con ingenuidad:
“Los radares solo captan matrículas delanteras, y yo llevo una moto, así que soy invisible”.
Lo cierto es que en Alemania muchos radares están diseñados para captar las placas traseras —y algunos también emplean cámaras de seguimiento para identificar infractores reincidentes—. Los agentes, tras semanas de investigación, acabaron cazándolo en un “día de caza” especial preparado para pillarlo in fraganti.
Cuando le mostraron la colección de fotos donde aparecía claramente cometiendo las infracciones, su única reacción fue:
“No pensé que me fueran a pillar”.
Castigo ejemplar: sin carnet, sin moto… y sin 17.000 euros
El resultado de su osadía no ha sido precisamente barato. El motorista acumula:
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15 sanciones de tráfico
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22 puntos menos en el carnet de conducir (cuando en Alemania con 8 puntos ya se pierde el permiso)
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Multa de 17.000 euros
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Prohibición de conducir durante tres años
Una factura colosal por jugar a ser “invisible” en la carretera.
Una lección con moraleja
El caso del “Rambo de Rüsselsheim” se ha convertido en un ejemplo viral en Alemania de cómo el exceso de confianza y la ignorancia de la tecnología pueden salir muy caros. También ha reabierto el debate sobre cómo detectar infractores que utilizan motocicletas para evitar las sanciones automatizadas, una práctica que no es nueva pero que sigue generando quebraderos de cabeza a las autoridades de tráfico.