Una de cal y otra de arena: la DGT "compensa" las posibles franjas horarias a ciclistas con circulación en sentido contrario
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha sacudido el panorama vial con una medida que está dando mucho que hablar: los ciclistas podrán circular en sentido contrario en determinadas calles urbanas. Una novedad que no solo rompe con los esquemas tradicionales de circulación, sino que también apunta directamente a reducir la siniestralidad entre uno de los colectivos más vulnerables de la vía pública.
La seguridad de los ciclistas, en el centro del cambio
El objetivo de esta decisión no es otro que frenar la alta siniestralidad entre ciclistas, que actualmente ocupan el tercer lugar en víctimas de tráfico, solo por detrás de peatones y motoristas. Esta medida forma parte de un paquete más amplio que la DGT viene trabajando desde hace tiempo, con la vista puesta en adaptar nuestras ciudades a un modelo de movilidad más sostenible y seguro.
No se trata, eso sí, de una norma indiscriminada: el permiso para circular en sentido contrario solo se aplicará en calles urbanas concretas, de bajo tráfico y debidamente señalizadas, normalmente en zonas residenciales y de velocidad limitada a 30 km/h. Además, serán los ayuntamientos quienes decidirán qué vías adoptarán esta nueva disposición.
Un modelo importado de Europa
Aunque para muchos conductores españoles esta norma pueda sonar extraña, otros países como Francia ya aplican medidas similares desde hace años. En un contexto europeo cada vez más centrado en la sostenibilidad, la promoción del uso de la bicicleta y el diseño de ciudades más habitables, España no quiere quedarse atrás. Y esta nueva norma va precisamente en esa dirección: aliviar el tráfico, reducir accidentes y fomentar una movilidad más saludable.
La medida se introducirá mediante un Real Decreto que modificará el Reglamento General de Circulación y está previsto que entre en vigor a lo largo de este 2025.
Otras medidas que llegan con el cambio
Pero esta no es la única novedad. A partir de este mismo año, el uso del casco será obligatorio para todos los ciclistas, en cualquier tipo de vía, sin excepción. Además, quienes circulen por carreteras con baja visibilidad deberán llevar también un chaleco reflectante visible a 150 metros.
También cambian las normas para los conductores de vehículos a motor: deberán mantener una distancia de al menos cinco metros al encontrarse de frente con un ciclista y solo podrán adelantarles si pueden garantizar una separación de 1,5 metros y a una velocidad máxima de 20 km/h inferior al límite permitido.
Una nueva convivencia en las calles
Con esta batería de reformas, la DGT quiere crear un entorno más amable para el ciclista urbano, promoviendo el respeto y la convivencia entre todos los actores de la movilidad. Aunque la posibilidad de ver bicis circulando en sentido contrario pueda generar polémica en un primer momento, la medida parte de un análisis de seguridad y se aplicará de forma muy controlada.
La pregunta es: ¿está España preparada para este cambio? Lo que está claro es que la movilidad urbana no será la misma después de 2025. Y si las cosas se hacen bien, puede que incluso sea mucho mejor.