KAWASAKI

Su Kawasaki se queda dos meses esperando un presupuesto y el taller oficial le quiere cobrar "la estancia"

El taller oficial

Un cliente ha denunciado públicamente su mala experiencia con un taller oficial de Kawasaki en Getafe, tras llevar su motocicleta para peritarla tras un accidente y decidir finalmente no realizar la reparación en ese establecimiento. Lo que esperaba que fuera una gestión sencilla derivó, según su testimonio, en una serie de trabas, costes inesperados y una moto devuelta en peores condiciones de como entró al taller.

Un presupuesto oculto y una moto desmontada

El propietario de la moto afirma que, tras el siniestro, solicitó en varias ocasiones el presupuesto que el taller había enviado a su aseguradora, pero no se lo facilitaron. Fue solo cuando notificó que no repararía allí y que iba a retirar su moto, cuando finalmente se lo entregaron. Sin embargo, ese paso vino acompañado de una sorpresa desagradable: le querían cobrar dos meses de estancia por el tiempo que la moto permaneció allí, así como la emisión del presupuesto, que llevaba semanas pidiendo.

Pero lo peor, según relata, llegó cuando la moto fue devuelta a su domicilio mediante grúa. El vehículo, que había entrado en el taller arrancando y en condiciones de circular, fue entregado con las tapas desmontadas, los cables sueltos y sin arrancar, sin haber recibido explicación alguna sobre por qué se encontraba en ese estado.

La respuesta del taller

Desde el taller oficial respondieron a la queja con el siguiente mensaje:

"Lamentamos que hayas tenido problemas con tu compañía de seguros y que hayas decidido no reparar tu moto. Aun así, tanto para las reparaciones o simplemente realizar presupuestos tenemos estipulados unos tiempos de mano de obra y evidentemente cobramos por ello."

Una respuesta que deja clara su postura: cobran por el tiempo que la moto pasa en sus instalaciones, incluso si el cliente no autoriza finalmente la reparación.

Clientes desprotegidos ante la falta de transparencia

Este caso ha generado inquietud entre otros motoristas que también han tenido que lidiar con procesos similares en talleres concertados. La situación pone de manifiesto una falta de claridad en las condiciones previas, especialmente en lo que respecta a los costes por presupuesto, almacenaje o intervenciones mínimas.

Tampoco queda claro por qué un taller oficial devuelve una moto desmontada, cuando fue entregada en condiciones operativas. Este tipo de prácticas puede suponer no solo un perjuicio económico, sino también un riesgo de seguridad para el usuario, que recibe su vehículo en estado no funcional y sin información técnica clara sobre qué se ha manipulado o desmontado.

¿Qué pueden hacer los usuarios en estos casos?

En situaciones similares, los expertos recomiendan:

  • Solicitar presupuesto por escrito antes de autorizar cualquier intervención, incluso si se trata de una valoración para la aseguradora.

  • Pedir copia del parte de trabajo y de cualquier manipulación realizada sobre la moto.

  • Denunciar ante Consumo o la OMIC si se consideran abusivas las prácticas de cobro o el trato recibido.

  • Documentar con fotos el estado del vehículo antes y después de su paso por el taller.

Mientras tanto, el caso de este cliente se suma a otros episodios que reflejan una preocupación creciente entre los motoristas: la falta de garantías claras en la atención postventa, incluso cuando se acude a servicios oficiales de marca.