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Se lleva un berrinche porque su KTM Super Adventure echa "humo" y se lo aclaran: "¿No ves que es la lluvia??"

La KTM

Un reciente vídeo en redes sociales ha desatado un debate entre aficionados al motociclismo tras la publicación de un cliente que mostraba su KTM 1290 Super Adventure S echando humo desde la parte intermedia del escape, poco después de haberla sacado del concesionario. Visiblemente molesto, el propietario afirma en la grabación que tiene intención de devolver la moto y comprarse una BMW, convencido de que está ante una avería grave.

Sin embargo, las reacciones en los comentarios han sido mayoritariamente tranquilizadoras y han arrojado una explicación mucho más simple: no se trata de una avería, sino de un fenómeno muy habitual cuando el agua entra en contacto con el escape al rojo vivo, generando una densa nube de vapor. “Pero vamos a ver, es que no veis que es el vapor de lluvia en el escape?”, apuntaba uno de los mensajes más compartidos.

Un fenómeno frecuente… y normal

En días lluviosos o tras haber pasado por zonas húmedas, es común que el colector de escape, que alcanza temperaturas muy altas, genere vapor al evaporar el agua acumulada. Este efecto visual puede parecer humo a simple vista, sobre todo si no se está familiarizado con este tipo de situaciones, pero no implica un mal funcionamiento del motor ni del sistema de escape.

La KTM 1290 Super Adventure S, equipada con un motor V-Twin de 160 CV y un escape situado en una zona central del chasis, concentra mucho calor en esa parte, lo que hace más evidente el vapor cuando hay agua o humedad residual.

¿Reacción exagerada?

La respuesta del cliente —anunciar su intención de devolver la moto y optar por otra marca— ha generado división de opiniones. Mientras algunos comparten su desconfianza inicial, otros consideran que la falta de información técnica puede conducir a decisiones precipitadas, especialmente con una motocicleta de alta gama como esta.

Una oportunidad para mejorar la comunicación

El caso pone sobre la mesa la importancia de que los concesionarios informen bien a sus clientes durante la entrega del vehículo, explicando ciertos comportamientos normales de la mecánica moderna, especialmente en motos potentes y con componentes térmicos exigentes.

En definitiva, este episodio se ha convertido en un ejemplo viral de cómo una situación aparentemente grave puede no serlo en absoluto, pero también de cómo la desinformación puede generar desconfianza innecesaria hacia una marca o modelo. Y aunque la reacción inicial del usuario pueda parecer exagerada, su experiencia refleja una necesidad clara: acompañar la venta con una orientación adecuada para evitar malentendidos que perjudiquen la imagen del producto.