Lleva su moto al taller oficial de Kawasaki y le ponen una pegatina sin avisar: "Así tienes nuestro teléfono a mano"
Un cliente del servicio oficial Kawasaki TCM Motor ha compartido una reseña que, aunque destaca la profesionalidad del equipo técnico, también deja constancia de un detalle inesperado que ensombreció su satisfacción general: la colocación de una pegatina promocional del taller en el basculante de su moto sin su consentimiento.
“Pasé con ellos la primera revisión de mi Z650 y me la entregaron limpia y con todo en regla. Muy buenos profesionales. Pero les doy esta puntuación porque al volver a casa vi que habían puesto una pegatina en el basculante sin preguntarme”.
Un gesto aparentemente menor… pero sin permiso
El cliente, Alejandro, valoró positivamente el trabajo técnico realizado durante la revisión. No hubo quejas sobre el servicio mecánico, el estado de entrega ni los plazos. Sin embargo, el detalle estético de la pegatina colocada sin previo aviso fue motivo suficiente para reducir su valoración global.
Y no es para menos. Muchos motoristas cuidan con esmero la estética de sus motos y cualquier elemento añadido sin consulta previa puede interpretarse como una falta de respeto a la propiedad del cliente.
La respuesta del taller: “No creímos que pudiera molestarte”
Desde TCM Motor respondieron con cortesía, aunque admitiendo que no solicitaron permiso antes de colocar el adhesivo. Explicaron que lo hicieron porque se trata de una pegatina “muy pequeña” que “no rompe la estética” y permite tener el teléfono del taller a mano.
“Lo sentimos mucho”, añadieron en su comentario.
Aunque la respuesta muestra empatía, la justificación no termina de convencer a algunos usuarios que exigen mayor cuidado y comunicación por parte de los talleres oficiales, especialmente cuando se trata de modificar la apariencia de la moto, por mínima que sea.
¿Un detalle de marketing mal entendido?
Lo que para algunos concesionarios puede parecer una estrategia de fidelización o promoción (dejar su marca visible en las motos que pasan por su taller), para muchos motoristas se interpreta como una intromisión innecesaria que afecta a la personalización y propiedad estética de sus vehículos.