Lleva su BMW F 750 GS al taller y le clavan este dineral por una junta original: "Usuarios de BMW, ¿os parece normal?"
Una BMW F 750 GS ha sido llevada al taller para su revisión programada de 40.000 kilómetros, donde tocaba realizar el reglaje de válvulas, una operación habitual en este tipo de mantenimientos. El trabajo fue realizado por el taller MotorBike Barcelona, que, al desmontar el motor, se encontró con un detalle que ha generado polémica: la tapa de balancines tenía restos de silicona en lugar de la junta original.
Reclamación por el uso de silicona en lugar de junta nueva
Desde el taller, explican que el anterior servicio habría evitado sustituir la junta —una pieza de goma esencial para garantizar el sellado del motor— y, en su lugar, aplicaron silicona como solución temporal. Una práctica que, si bien no es ilegal, no se considera adecuada para una moto de este nivel técnico.
“Los señores de BMW se han pasado tres pueblos”, comentan desde el taller tras descubrir la intervención.
El coste de la junta: motivo principal de la crítica
El taller señala que el uso de silicona podría haber sido una manera de evitar el coste de una nueva junta de tapa de balancines, cuyo precio, según indican, asciende a 90 euros más IVA.
“Una goma de mierda vale 90 euros. Es un robo.”
Aunque otras piezas del mantenimiento, como las bujías, se consideran dentro de lo razonable en cuanto a precios, el coste de esta junta ha reabierto el debate sobre los elevados precios de los recambios originales en marcas premium como BMW.
El precio de los recambios en el foco de los talleres
Casos como este no son aislados. En muchos talleres independientes, se repite una queja frecuente: el alto precio de piezas originales, incluso cuando se trata de componentes simples como juntas de goma, clips o elementos de plástico. Algunos talleres optan por soluciones alternativas (como selladores o juntas reutilizadas), pero no siempre con el visto bueno del cliente.
La revisión de los 40.000 km en modelos como la BMW F 750 GS incluye tareas clave como ajuste de válvulas, cambio de bujías, filtros y revisión del sistema de inyección, lo que ya supone un coste elevado en mano de obra. Añadir piezas con precios que se consideran excesivos solo incrementa la percepción de que el mantenimiento oficial puede resultar desproporcionado.