Un concesionario de Honda pone en su sitio a su comercial: “Nos dijo que no nos pagan lo suficiente para esforzarnos mas”
La experiencia de comprar una moto debería ser emocionante, llena de buenas vibras y, sobre todo, de un servicio que te haga sentir como el rey de las dos ruedas. Pero, como todo en la vida, las expectativas a veces se enfrentan a la realidad... y cuando las dos ruedas son nuevas, la cosa puede cambiar de rumbo rápidamente.
Así fue el caso de un cliente de un concesionario oficial de Honda en la Comunidad Valenciana. En los primeros compases de la compra, todo iba sobre ruedas. Un trato estupendo, servicio perfecto, todo muy profesional, parecía que lo de comprar la moto sería una brisa de aire fresco. Pero… ¡Oh, sorpresa! Al momento de ir a recoger la moto, la actitud de los empleados dio un giro de 180 grados, como si estuvieran interpretando una obra de teatro de drama... pero sin el guion adecuado.
El momento cúspide de esta experiencia llegó cuando, al tratar de recoger la moto, el cliente se encontró con una frase que, si no fuera tan real, parecería sacada de una comedia absurda: “no nos pagan lo suficiente para esforzarnos más”. A ver, entendemos que hay días grises, pero un comentario como este, especialmente tras haber pagado por el producto, deja un sabor bastante amargo.
Pero las sorpresas no acabaron ahí. Al llegar a recoger la moto, el seguro estaba a nombre de otra persona, ¡como si el cliente fuera un extras en su propia historia! ¿Qué pasó con el famoso "trabajo bien hecho"? Pues nada, toca dar otro paseíto hasta el concesionario para arreglar el desaguisado. No es lo que uno espera cuando paga una cantidad considerable por algo que debería ser lo más sencillo de todo el proceso: ¡la entrega!
Pero bueno, siempre hay luz al final del túnel, ¿verdad? La revisión de mantenimiento fue todo un éxito. Pese al lío de la entrega, al menos el servicio de mantenimiento cumplió con las expectativas, y eso no es algo que se pueda decir todos los días. Al menos, eso ya es algo.
Respuesta del concesionario: "Lo sentimos, de verdad"
El concesionario, al parecer, no se quedó de brazos cruzados y, ante la queja del cliente, se puso en contacto con él rápidamente para investigar qué había pasado. La respuesta oficial fue que un "comercial junior" fue el encargado de hacer la desafortunada broma y que, por supuesto, ya se habían reunido internamente para tratar la situación y que no se repitiera. ¿Quién diría que una simple moto puede desencadenar todo un drama de reuniones internas?
El concesionario se disculpó sinceramente y aseguró que estaban comprometidos a mejorar. Ojalá este "paseo" fuera un caso aislado y, para otros futuros compradores, todo sea tan impecable como el brillo de su nueva moto.