Viene de Torrevieja para probar una Ducati Diavel y la venden el día de la prueba: "Teníamos que haberte avisado"
Un cliente que había reservado con tres semanas de antelación un test ride de la Ducati Diavel en un concesionario oficial de Ducati en Alicante se llevó una sorpresa tan inesperada como desagradable: al llegar el día y la hora acordadas, tras desplazarse 80 kilómetros desde Torrevieja, se encontró con que la moto ya había sido vendida... y nadie le había avisado.
La situación dejó al cliente indignado, no solo por el fallo en la gestión, sino por la falta total de comunicación por parte del concesionario, que ni siquiera envió un mensaje o realizó una llamada para informarle de la cancelación.
“¡Vengo de Torrevieja y ni un aviso! Pero visto lo que he leído en otros comentarios… quizá fue una suerte no comprarles nada”, comentaba el afectado, con cierta ironía. Para rematar, añadió:
“Les enviaré una foto de mi nueva Ducati comprada en otro concesionario 😉”.
Una oportunidad perdida… y una reputación en entredicho
Aunque el concesionario respondió públicamente al comentario, reconociendo el error y pidiendo disculpas, lo cierto es que la experiencia ya estaba arruinada. En su respuesta, admiten que fue un fallo del vendedor y aseguran llevar más de 25 años representando a Ducati en España, además de ofrecer un descuento especial como compensación.
Sin embargo, el daño a la imagen ya estaba hecho. La crítica de este cliente no es un caso aislado, ya que otras reseñas en internet apuntan a problemas recurrentes en la atención al cliente y en la gestión de citas y ventas.
¿Qué debe esperarse de un concesionario oficial de una marca premium?
Cuando un cliente reserva con semanas de antelación una prueba de un modelo como la Ducati Diavel, espera un trato a la altura de una marca de prestigio. Más aún si realiza un desplazamiento de 80 km solo para probar la moto. No avisar de una cancelación de última hora es, cuanto menos, inaceptable.
Aunque los errores humanos pueden ocurrir, la falta de comunicación y previsión es lo que más molesta al cliente, que siente que su tiempo no ha sido valorado. Y en un segmento donde la experiencia de compra es clave, estos fallos pueden costar ventas… como ocurrió en este caso.
Conclusión (sin llamarla así): más que una moto, es una experiencia
Ducati es sinónimo de pasión, diseño y alto rendimiento. Pero como demuestra esta historia, la atención al cliente también forma parte del ADN de una marca premium. No basta con vender motos espectaculares, hay que cuidar cada paso del proceso de compra.
Este cliente terminó comprando su Ducati en otro concesionario, donde sí sintió el compromiso y el respeto que esperaba. Y aunque esta historia no tuvo el final que el vendedor en Alicante deseaba, sí deja una lección para todo el sector: en el mundo de las motos, cada detalle cuenta, y perder un test ride es mucho más que perder una prueba… es perder la confianza.