Va a comprar a una Honda CBR 1000 RR de nueva generación y ni arranca: "¡Tú has tocado algún conector o algo!"
En Moto-Check están acostumbrados a todo tipo de sorpresas durante sus inspecciones de motos de segunda mano. Pero lo que ocurrió con esta Honda CBR 1000 RR de nueva generación, valorada en más de 23.000 euros nueva, dejó a todos con la boca abierta: la moto no arrancaba.
Todo parecía perfecto, hasta que llegó el momento de encenderla
Un cliente contactó con el equipo de Moto-Check para revisar esta CBR 1000 RR, aparentemente impecable. A simple vista, todo parecía en orden: componentes nuevos, neumáticos recién montados y ningún signo de maltrato evidente. Sin embargo, el primer paso del chequeo fue decisivo.
Cuando intentaron arrancar la moto, se encontraron con una sorpresa inesperada: no encendía. En un primer momento se descartó que fuera un problema de batería, ya que no mostraba síntomas típicos de fallo eléctrico básico. Simplemente, el motor no reaccionaba. La única reacción de la moto era que aparecía el testigo del aceite en el cuadro. Pero nadie dio más explicación. "¡Tú has tocado algún conector o algo!", le dijo.
Tensión en el ambiente y una reacción poco profesional
Ante la situación, el vendedor reaccionó de forma defensiva. En lugar de colaborar para identificar la causa del fallo, se dirigió al técnico acusándolo de haber tocado algún conector. La conversación se tensó y el chequeo no pudo continuar con normalidad.
Aunque no se llegó a un diagnóstico en el momento, este tipo de incidentes son una señal de alarma clara para cualquier comprador. Si una moto de este nivel no arranca durante una inspección previa a la compra, lo recomendable es detener la operación hasta obtener una evaluación técnica detallada en un entorno neutral.
Comprar con los ojos abiertos
Este caso demuestra la importancia de contar con profesionales que revisen las motos antes de cerrar una compra, incluso cuando el vehículo parece estar en perfecto estado. Un fallo tan básico como no poder arrancar una moto de más de 20.000 euros debería ser más que suficiente para replantearse la operación.
Moto-Check, como en otras ocasiones, subraya que lo más importante es evitar las sorpresas desagradables después de pagar. A veces, el estado real de una moto solo se descubre cuando se la examina de verdad.