TRIUMPH

A Triumph se le va un poco la mano con el precio de la nueva Bonneville

Triumph Bonneville Bobber 2026

La Triumph Bonneville Bobber siempre ha sido una moto especial. No solo por su diseño minimalista y su inconfundible aire “old school”, sino porque ha sabido mantenerse como una de las propuestas más personales del segmento custom moderno. Sin embargo, lo que más está llamando la atención en esta nueva etapa es la evolución de su precio, que sorprende tanto por su posicionamiento como por todo lo que ofrece a cambio.

Actualmente, la Triumph Bobber arranca en 16.695 euros, una cifra que la sitúa en una franja muy interesante dentro del mercado. Y lo llamativo es que, viendo su nivel de calidad, equipamiento y carácter, ya no parece tan elevada como hace unos años. De hecho, comparada con sus rivales directas, incluso empieza a parecer razonable.


Una subida contenida… frente a una competencia disparada

Si echamos la vista atrás, la Bobber siempre ha sido una moto “premium”, pero su precio ha evolucionado de forma más contenida que el de muchas de sus rivales directas. Hoy se sitúa al mismo nivel que su hermana, la Triumph Speedmaster (16.695 €), y por debajo de modelos como:

  • Harley-Davidson Low Rider S: 25.300 €

  • Harley-Davidson Street Bob 114: 19.100 €

  • Harley-Davidson Softail Standard: 18.400 €

  • Indian Chief Bobber Dark Horse: 21.790 €

  • Indian Chief Dark Horse: 19.390 €

Incluso dentro de la propia Indian, la Scout Bobber (15.390 €) o la Scout Bobber Twenty (16.690 €) se acercan peligrosamente al precio de la Triumph, pese a contar con un planteamiento algo menos sofisticado a nivel de electrónica y acabados.

Y si miramos hacia opciones más accesibles como la Honda CMX1100 Rebel (11.450 €), la diferencia ya no solo está en el precio, sino también en la experiencia, el carácter y el nivel de refinamiento.


Una Bobber más completa que nunca

La Triumph Bonneville Bobber 2026 no solo mantiene su esencia, sino que la refina. La gran novedad es su nuevo depósito de 14 litros, que mejora notablemente la autonomía y aporta una presencia más musculosa. También se estrenan mejoras en ergonomía, un asiento flotante más cómodo y un nuevo faro LED con luz diurna integrada.

A nivel tecnológico, la evolución es clara:

  • ABS y control de tracción con gestión en curva,

  • IMU de última generación,

  • Toma USB-C,

  • Modos de conducción Road y Rain,

  • y una electrónica que hasta hace poco era impensable en una custom de este estilo.

Además, por primera vez, la Bobber puede limitarse para el carnet A2, lo que amplía enormemente su público potencial.


Un motor con carácter… y sin complejos

El conocido bicilíndrico en paralelo de 1.200 cc sigue siendo una de sus grandes bazas. Con 78 CV y 106 Nm de par, no busca cifras espectaculares, sino sensaciones: empuje desde abajo, sonido lleno y una entrega suave pero contundente.

Es un motor pensado para disfrutar, no para competir en cifras, y sigue siendo uno de los grandes argumentos emocionales de la Bobber.


Calidad, diseño y una sensación “premium” real

La Bobber juega en otra liga en cuanto a acabados. Detalles como las tapas metálicas, el basculante tipo jaula, los guardabarros de acero o el trabajo de pintura refuerzan una sensación de producto cuidado al milímetro.

A esto se suma un catálogo de más de 120 accesorios originales, que permite personalizarla hasta convertirla en una moto prácticamente única.

Y como guinda, 4 años de garantía sin límite de kilómetros, algo que muy pocas marcas ofrecen actualmente.


Una sorpresa llamada precio

Lo realmente llamativo es que, viendo cómo han evolucionado los precios del mercado, los 16.695 € de la Triumph Bobber ya no parecen tan elevados. De hecho, frente a rivales que superan con facilidad los 20.000 €, la británica se posiciona como una opción muy equilibrada entre exclusividad, diseño, tecnología y carácter.

La Bobber no es una moto para todos, ni pretende serlo. Pero para quien busca una custom con personalidad, calidad premium y una experiencia auténtica, su precio ya no resulta tan sorprendente… lo que sorprende es que aún esté ahí.

Una moto que demuestra que, a veces, el verdadero lujo no está en pagar más, sino en saber exactamente qué se está comprando.