Kawasaki ya saca R híbridas con motores eléctricos y de combustión

Kawasaki Ninja 7 Hybrid

Aunque todavía no están conquistando el mercado, las motos híbridas empiezan a perfilarse como una posible solución de futuro en un sector que busca reducir emisiones sin renunciar a prestaciones ni autonomía. En el mundo del automóvil ya han demostrado su eficacia, y ahora algunas marcas empiezan a trasladar esa experiencia al universo de las dos ruedas. De momento, Kawasaki es la única gran fabricante que se ha atrevido a dar el paso de forma comercial, aunque no será la última.

Kawasaki, pionera en la hibridación sobre dos ruedas

La firma japonesa lanzó hace un par de años sus primeras motos híbridas de producción: la Z7 Hybrid y la Ninja 7 Hybrid. Ambos modelos combinan un motor bicilíndrico de 451 cc —derivado de la familia 500— con un sistema eléctrico que eleva la potencia conjunta hasta los 69 CV y el par hasta los 60 Nm. Una cifra muy respetable si tenemos en cuenta que el motor térmico por sí solo entrega 45,4 CV.

Estas motos pueden circular en modo eléctrico, modo gasolina o combinando ambos sistemas, lo que les permite adaptarse a diferentes escenarios de uso, desde ciudad hasta carretera abierta. Sin embargo, pese a lo innovador del planteamiento, la respuesta comercial ha sido tibia. El principal motivo parece claro: su precio, que las sitúa frente a motos de combustión más potentes y sencillas por el mismo dinero.

El concepto híbrido no se rinde

Lejos de abandonar la idea, Kawasaki sigue creyendo firmemente en la tecnología híbrida. De hecho, recientemente se han filtrado los bocetos de un nuevo modelo híbrido, que todo apunta a que será un maxiscooter. Un formato especialmente interesante, ya que permite integrar mejor los distintos componentes del sistema híbrido y responde mejor a un uso urbano y periurbano, donde la electrificación tiene más sentido.

El principal desafío técnico sigue siendo el mismo: encajar motor térmico, motor eléctrico, batería, radiador y electrónica sin comprometer el equilibrio ni la ergonomía. En las actuales Z7 y Ninja 7, la batería se sitúa bajo el asiento, pero en este nuevo concepto el planteamiento cambia por completo.

Una arquitectura pensada desde cero

En los nuevos bocetos, Kawasaki ha optado por alargar el chasis y colocar el radiador en una posición más baja, lo que permite adelantar la batería y mejorar su refrigeración. Este cambio libera espacio bajo el asiento, permitiendo reubicar el depósito de combustible en una posición elevada pero con una forma estudiada para mantener un hueco para guardar un casco, algo imprescindible en un maxiscooter.

Este rediseño demuestra que la marca está buscando soluciones realistas y funcionales, adaptadas al uso diario, y no simples ejercicios de ingeniería.

¿Una moto híbrida para 2026?

Por ahora, este nuevo modelo sigue siendo un proyecto, pero todo indica que podría ver la luz en los próximos años, posiblemente en 2026. De confirmarse, sería un paso más hacia la normalización de la tecnología híbrida en el mundo de la moto.

Mientras tanto, Kawasaki no está sola en esta carrera. Otras marcas como Yamaha o Benda también trabajan en soluciones similares, aunque todavía sin modelos definitivos en la calle. Además, la firma japonesa ya cuenta con dos motos 100 % eléctricas, la Ninja e-1 y la Z e-1, que sirven como banco de pruebas para el futuro de la electrificación.

Un camino lento, pero inevitable

Las motos híbridas aún no han convencido al gran público, pero su desarrollo continúa avanzando. Tal vez no sean la respuesta definitiva, pero sí una etapa intermedia lógica hacia una movilidad más eficiente y sostenible. Y si alguien tiene la capacidad de pulir el concepto y hacerlo viable, ese es Kawasaki.

El tiempo dirá si estas motos híbridas terminan conquistando el mercado… o si simplemente habrán servido como laboratorio para lo que está por venir.