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Honda se "encela" con Ducati y copiará algo de la Panigale V4 para su nueva CBR

HONDA CBR1000RR-R SP

Cuando muchos fabricantes ya han tirado la toalla con sus superbikes de litro, Honda parece estar preparando una jugada inesperada. En un contexto donde las normativas de emisiones, los costes de desarrollo y el descenso de ventas empujan a las deportivas al borde de la extinción, la firma del ala dorada no solo se niega a matar a su icónica Fireblade, sino que estaría dispuesta a reinventarla desde su ADN.

Y no hablamos de una simple actualización. Se avecina un terremoto mecánico que podría marcar un antes y un después en la historia de Honda: el abandono del clásico motor cuatro cilindros en línea en favor de una configuración V4. Lo ha dejado caer ni más ni menos que Yuzuru Ishikawa, uno de los cerebros detrás de la legendaria RC211V de MotoGP y responsable de la actual generación de la Fireblade. Sus palabras, publicadas en GPone.com, no suenan a una mera hipótesis: “Cuando cambien los requisitos del mercado, si se requiere más potencia y prestaciones, obviamente deberíamos considerar el V4”.

Traducido: Honda está lista para hacerlo. Solo está esperando el momento adecuado.

Adiós a la Fireblade de siempre… y bienvenida sea la evolución

Durante décadas, Honda defendió el motor de cuatro en línea con la fe de quien cree haber encontrado el equilibrio perfecto entre ligereza, control y potencia. Pero esa filosofía empezó a resquebrajarse en 2020, cuando la CBR1000RR-R dejó atrás su carácter de moto para todos los públicos para abrazar sin complejos su faceta más radical. No fue solo un cambio de nombre; fue una declaración de intenciones. Una moto diseñada por y para circuito, con tecnología heredada directamente de MotoGP.

Ahora, Ishikawa sugiere que ese camino podría ir más allá: una Fireblade con motor V4, centrada en la competición, y con versiones no matriculables diseñadas exclusivamente para pista. En otras palabras, una deportiva aún más extrema, que renuncie a los compromisos del uso diario para conquistar las curvas de los circuitos del mundo.

¿Por qué un motor V4?

La respuesta está en las pistas. Literalmente. Las motos con configuración en V —como las Ducati Panigale V4 o las Aprilia RSV4— dominan cada vez más el panorama deportivo gracias a su entrega de potencia más lineal, su compacidad y su comportamiento más agresivo en conducción al límite. Honda lo sabe. Y si quiere recuperar protagonismo en el Mundial de Superbikes, necesita una moto que no solo compita, sino que pueda ganar.

¿Fireblade o RC para todos?

A diferencia de otras marcas que han lanzado versiones de calle casi idénticas a sus MotoGP, Honda no busca una MotoGP con matrícula. Quieren mantener su estilo: motos deportivas, sí, pero con identidad propia. Motos que puedan evolucionar sin perder la esencia. Que lleven la herencia de la Fireblade, pero con la mirada puesta en el futuro.

Y ese futuro, aunque aún no tiene fecha, ya se empieza a escribir con letras nuevas. Letras como V y 4.

Honda no quiere resucitar las superbikes. Quiere reinventarlas a su manera. Y si eso significa romper con décadas de tradición, parece que está más que dispuesta a hacerlo.